LA INCIERTA INVESTIDURA

Albert Rivera crece y se crece

Albert Rivera, presidente de Ciudadanos.

Albert Rivera, presidente de Ciudadanos. / periodico

PATRICIA MARTÍN / MADRID

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No hay ni una sola encuesta de las que se han publicado en las últimas semanas que no marque como tendencia una importante subida en votos de CiudadanosCiudadanos respecto al 20-D. Desde entonces, se han producido dos novedades relevantes en el día a día de los 'naranjas': han firmado un pacto con los socialistas y le han ofrecido apoyo a Pedro Sánchez para intentar su investidura hasta el 2 de mayo, fecha límite para apurar las negociaciones. Además, han iniciado un feroz ataque político contra el PP y, concretamente, contra su líder, Mariano Rajoy, que ha descolocado a muchos pero que, sondeos en mano, parece estar dando sus frutos. Al menos, de momento.

Los populares, antes de las últimas generales e incluso algunos días después, contemplaban a esta fuerza emergente casi como su apéndice. El PP siempre pensó que, por afinidad ideológica, prestaría sus escaños a Rajoy, ganador de las elecciones, o que, como mínimo, jamás se los facilitaría al segundo más votado, dadas las promesas que a este respecto había hecho en periodo electoral. Si bien Rivera terminó apostando por una vía arriesgada al comprobar que el jefe de los conservadores colocaba a C's siempre en segundo plano, priorizando el trato con los socialistas --sin demasiado éxito, por otro lado-- por motivos aritméticos. El hecho de que el presidente del PP rechazara la oferta del ReyRey para intentar la investidura en primer lugar o el estallido de nuevos brotes de corrupción en Madrid Valencia tampoco ayudó a facilitar el entendimiento con Ciudadanos.

Su devaneo con la izquierda le ha provocado un enfrentamiento con los conservadores que se acrecienta cada día. Los dirigentes 'naranjas' lanzan llamativas y severas pullas contra el PP, pese a su convencimiento de que su complicidad vía abstención sería positiva para iniciar la legislatura con Sánchez como presidente y sin necesidad de recurrir a Podemos o la ayuda de los independentistas. La última, en la reunión de la ejecutiva el pasado lunes, en la que responsabilizó a Rajoy y llegó a apelar a los votantes del partido conservador. Y lanzan dardos también contra Podemos, con la clara intención de alejar a Pablo Iglesias de SánchezPablo Iglesias ahora que se han citado para el miércoles 30, intentando sembrar dudas sobre el compromiso de los morados contra el terrorismo.

El último intento de torpedear una posible futura sintonía entre el PSOE y Podemos se ha producido este sábado, cuando el vicesecretario general de C's, José Manuel Villegas, ha reclamado a populares y socialistas que se dejen de vetos y se sienten a negociar de inmediato. A negociar, claro está, un tripartito PP-PSOE-C's.

LOS INTENTOS DE ACERCAMIENTO

Rivera abrió fuego contra el PP en el debate de investidura de Sánchez, en el que cargó las tintas contra Rajoy y animó a los populares a que lo jubilen por no haber sabido “limpiar” su partido de corruptos. Su estrategia iba encaminada entonces, fundamentalmente, a justificar ante su electorado por qué ha preferido a Sánchez como pareja de baile

Pasada esa sesión parlamentaria, Ciudadanos intentó en dos ocasiones, vía epistolar, que el PP se aviniese a negociar con ellos y los socialistas. No hubo manera. Entonces decidieron recrudecer sus ataques contra los populares. Después de que Rajoy dijese que no tenía “ni idea” de la presunta trama de blanqueo en el grupo municipal de Valencia, el secretario general de C's en el Congreso, Miguel Gutiérrez, se preguntó directamente si "alguna vez Rajoy se entera de algo". En línea ascendente, sentenció que no es la persona “más adecuada para gobernar” e invitó sin tapujos al presidente gallego, Alberto Nuñez Feijóo, a intentar sustituir a su paisano. Y eso que la tesis inicial de Ciudadanos es que no debía hacerle “las primarias” al PP.

Y tras la negativa del Ejecutivo a rendir cuentas en el Congreso, C’s ha sido el partido de oposición que más lejos ha ido, superando la amenaza de los socialistas de ir al Tribunal Constitucional. Para ellos, no hay que descartar tampoco la vía penal para los ministros. “¿Por qué los ministros se pueden permitir no trabajar cuando los españoles tienen que levantarse para hacerlo todos los días? ¿Para eso les pagamos el sueldo?”, se preguntó Rivera.

Las críticas de los 'naranjas' hacia los populares son un suma y sigue. Y no parecen dispuestos a cambiar de estrategia, a no ser que vean alguna posibilidad (más que lejana en estos momentos) de que junto a PP y PSOE puedan conformar un Ejecutivo. Y mucho menos previsible es que se baje de ese caballo si se confirma que habrá de nuevo elecciones, dado que las encuestas le sonríen y no se intuye ningún castigo por parte de los votantes 'prestados' que tiene del partido de Rajoy, ni por castigar al presidente en funciones, ni por acercarse a Sánchez.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"El PP ha puesto en marcha la contraofensiva para intentar neutralizar la fruct\u00edfera\u00a0estrategia de\u00a0Albert Rivera. Tras comprobar que el l\u00edder de Ciudadanos\u00a0\u201ctraicion\u00f3\u201d su promesa electoral de no pactar con Pedro S\u00e1nchez y lleg\u00f3 a un\u00a0acuerdo de gobierno\u00a0con el secretario general del PSOE, los populares se abalanzaron a intentar recuperar\u00a0el\u00a0electorado que ha empezado a fugarse\u00a0hacia el partido naranja desde que se sell\u00f3 dicho pacto. Descalificativos como \"pich\u00f3n\", \"percha\" o \"alter ego de S\u00e1nchez\" forman parte del vocabulario habitual del portavoz de los conservadores en el Congreso de los Diputados,\u00a0Rafael Hernando, para referirse al Rivera. No obstante, el presidente del Gobierno en funciones,\u00a0Mariano Rajoy, intenta no entrar tanto en el cuerpo a cuerpo, con la vista puesta en no dar m\u00e1s importancia de la que cree que merece un partido con 40 diputados, por mucho que su m\u00e1ximo dirigente haya sabido jugar sus cartas siendo la cuarta fuerza pol\u00edtica.","text":null}}