La abstención del PSOE deja cojo pero en pie al gobierno valenciano

Podemos avisa a Ximo Puig de que le exigirá "garantías" adicionales

Ximo Puig

Ximo Puig / periodico

NACHO HERRERO / VALÈNCIA

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La onda expansiva de la anunciada abstención del PSOE abstención PSOE en la investidura de Mariano Rajoy ha llegado a la Comunitat Valenciana y ha zarandeado al Gobierno de Ximo Puig. No parece que vaya a hacerle caer, pero Podemos ya ha advertido que "las cosas no pueden ser como eran". Antonio Montiel, secretario general del partido morado en este territorio, ha calificado al PSPV tras el anuncio de la abstención como un "socio cojo" y ha avisado de que le exigirán "garantías" adicionales.

"El crédito de Puig está dañado y se lo haremos notar en el debate de ampliación del 'Acuerdo del Botánico', en el debate presupuestario y en todas las actuaciones parlamentarias y en las movilizaciones con la calle", ha anunciado. Pero, en principio, la presión llegará hasta ahí y no más lejos porque el dirigente de Podem ya ha anunciado que ellos nunca facilitarán un gobierno del PP en la Comunitat, por lo que ha descartado que pueda volver "el partido de la corrupción y los recortes".

Montiel ha aprovechado para meter el dedo en la herida socialista y ha asegurado que el PSOE tiene "un grave problema entre la cúpula y los miles y miles de personas" que les dieron su voto.

TIEMPO PARA DIGERIR LA DECISIÓN

Puig ha dado en parte la razón a Montiel y ha admitido que necesitarán tiempo para hacer comprender su posición. "Los ciudadanos lo entenderán a medio y largo plazo", ha apuntado resignado el president de la Generalitat, que ha reiterado que la abstención no es "una decisión ideológica, ni ética ni moral, es una decisión instrumental".

"Estoy en contra de la política de Mariano Rajoy. No hay acuerdo ni cambio de rumbo. No es un viraje histórico", ha negado Puig. El dirigente ha reconocido la diversidad de opiniones en el propio PSPV y a ella se ha abrazado para justificar que no interviniera en el comité federal del domingo. En cualquier caso, ha defendido la "disciplina de voto" de los socialistas valencianos críticos y del resto de los partidarios del 'no'. "Hay que acatar las decisiones", ha dicho.

Al menos, a Puig parece que solo se le ha abierto un frente grave en su Gobierno porque Compromís, su otro socio y con el que comparte el Ejecutivo, ha calificado la decisión del PSOE como "negativa" pero ha señalado que "no tendrá consecuencias" en la gobernabilidad de la Comunitat. Eso sí, tanto Podem como Compromís preguntarán a Puig en la sesión de control del jueves por las consecuencias que tendrá para la Comunitat un nuevo gobierno del PP.