DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Hijas de las 'siete magníficas'

Cuando Maria nació, en 1980, Rosa se estrenó como la diputada Rosa Barenys (PSC) en el primer Parlament de la democracia. La lucha de Barenys y de otras y otros ha facilitado que Maria sea, desde diciembre, la diputada Maria Senserrich (CiU), la más joven de la Cámara con mayor número de mujeres. De 135 escaños, 59 los ocupan ellas. Para Senserrich, este es un hecho normal.

La portavoz del PDeCAT, Maria Senserrich (izquierda) y la socialistas Rosa Barenys, en el hemiciclo del Parlament.

La portavoz del PDeCAT, Maria Senserrich (izquierda) y la socialistas Rosa Barenys, en el hemiciclo del Parlament. / periodico

EVA PERUGA / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El encuentro empieza con un baile de cifras. La diputada Maria Senserrich (CiU) representa los cambios vividos por el Parlament de Catalunya en los últimos 30 años. Y disfruta de ellos. Ahora con su bebé. Esta economista mece el cochecito mientras hace recuento en voz alta de las diputadas de la presente legislatura. Rosa Barenys (PSC), ahora jubilada, se la mira con orgullo porque, en definitiva, es hija de la lucha compartida desde su escaño, ya en la primera legislatura, para promover el avance de las mujeres. Esta vez ya son 59 diputadas. Barenys no recuerda la cara de ellos, en 1980, cuando aparecieron las s iete magníficas, las primeras diputadas catalanas .

MARIA SENSERRICH: Siete diputadas entre 128 hombres...

ROSA BARENYS: Que hubiera pocas era normal. Las mujeres estaban en casa. En un primer congreso socialista, las mujeres logramos una cuota del 12% en todos los organismos de representación del partido. Nos pareció mucho. Luego avanzamos con las cuotas hasta llegar hasta aquí.

M. S.: Yo acababa de nacer. Había mujeres que luchaban para que un día pudiera ser diputada. Desde entonces la progresión ha sido abismal. En mi comarca tuvimos, desde el principio, a la diputada Flora Sanabra, así que me ha resultado normal la presidencia femenina.

R. B.: ¿Lo has encontrado normal?

M. S.: Sí. Aunque, cuando eres mayor, te das más cuenta de las cosas. Ante las cifras y las estadísticas, ves que las mujeres no hemos estado representadas como lo estamos ahora. Yo no era consciente de que este Parlament es el más paritario. Mi generación lo ha visto como algo normal. Pero la política es aún un mundo de hombres. En la conciliación familiar es donde más se nota. A veces les choca encontrar a una mujer y joven.

Evolución lenta

R. B.: De hecho, se ha evolucionado muy lentamente. En el 36, en el Parlament republicano, no había ninguna mujer. En las elecciones de la República, las mujeres votaron por primera vez, pero no tuvieron representación. En democracia, su voto ha sido igual al de los hombres.

M. S.: En las últimas elecciones, también. Y tienden a votar más.

R. B.: La conciencia de género se materializa en los años 80 al tener un lugar de gestión en el poder, en las instituciones. Desde la primera legislatura se plantean actuaciones hacia la mujer. Aquí ya se hablaba de la violencia.

M. S.: Pero no había medios de comunicación que hicieran que la población se diera cuenta de ello.

R. B.: En la segunda legislatura, en 1989, ya se creó el Institut Català de les Dones. Hubo una enorme batalla porque el president Pujol también era presidente del instituto.

M. S.: Tampoco había entonces la estructura que hay ahora.

R. B.: Pero el tema de género iba mas allá de la política parlamentaria de las mujeres. Aunque las diputadas de la primera legislatura estaban en comisiones culturales, sociales, de servicios... No estaban en las áreas de más peso, no sé si de poder.

M. S.: Hoy en día, quién no tiene poder. Es difícil definirlo. Por ejemplo, Ensenyament tiene mucho poder. Es la base. Ahora, en las comisiones, hay de todo. Se valora el currículo. Aunque en Igualtat solo hay mujeres. Me ha sorprendido muchísimo. ¿Qué igualdad es esa?

Otras leyes

M. S.: Creo que la casi paridad se notará, de una forma u otra, en las leyes. Existen puntos de vista que un hombre no tiene. Algunas cosas también se harán de forma distinta porque tenemos una presidenta.

R. B.: Sí. Hay una percepción diferente de los temas por cuestión de género y de historia. Un Parlament más paritario refuerza la democracia. Pero hacen falta las cuotas.

M. S.: La ley para la paridad ha ayudado a todos. En muchas poblaciones, las cinco primeras de la lista eran mujeres y ahora se han incorporado hombres. En Igualada nos dimos cuenta de que habíamos cumplido con la ley cuando ya estaban hechas las listas, porque somos de una generación¿

R. B.: Ese es el gran avance histórico. Lo ves como algo sobrevenido.

M. S.: Muchas mujeres, madres de familia, habéis luchado. Gracias a ello, yo puedo delegar el voto, a pesar de estar de permiso maternal. R. B.: En la primera legislatura ninguna diputada dio a luz. El tema del voto parecía muy difícil.

M. S.: No creo en el lobi femenino.

R. B.: Todas a una, como Fuenteovejuna, para dar pasos.

Algo tuvo que ver Fuenteovejuna para que Senserrich pueda estar con su bebé sin que su voto, el altavoz de muchos, se silencie.