jornada de votación preelectoral

Hereu bate de forma inapelable a Tura y a la cúpula del PSC

Hereu celebra su victoria, ayer, junto a su esposa.

Hereu celebra su victoria, ayer, junto a su esposa.

CARLES COLS

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Los militantes barceloneses del PSC se decantaron ayer por el más difícil todavía y encargaron a Jordi Hereu la hercúlea tarea de dar un vuelco tal vez sin precedentes en la historia de la demoscopia. Hereu será finalmente el rival de Xavier Trias el próximo 22 de mayo. Ganó las primarias de Barcelona. Las encuestas dicen que el convergente lleva una vuelta de ventaja al socialista. Pero Hereu, en una demostración de firmeza (según muchos, inédita en su currículo de alcalde), no solo decidió no tirar la toalla hace semanas pese a las incesante señales de humo de la cúpula del partido para que cediera el paso, sino que además recargó ayer las pilas con un resultado inapelable. El alcalde y de nuevo alcaldable ganó en la urna de militantes (1.337 contra 805) y también en la de simpatizantes (1.147 contra 864).

Lo dicho, ganó Hereu y Trias tiene ante sí, por fin, al rival que prefería, al que en las últimas encuestas publicadas dobla en concejales. El candidato convergente acaricia la mayoría absoluta (21) con una horquilla de entre 18 y 19 ediles, según publicó EL PERIÓDICO el pasado 6 de febrero, mientras Hereu puede que logre menguar el grupo socialista hasta solo nueve concejales, lo nunca visto. Tura, también según ese sondeo, parecía capaz de obrar el milagro del empate entre socialistas y convergente. Pero esas cifras, tras las primarias, han caducado, o al menos eso espera la federación barcelonesa del PSC, que confía en que el duelo con Tura haya servido, a fin de cuentas, para poner al paciente bajo el impacto de un desfibrilador. La cúpula barcelonesa del partido celebró anoche el resultado como si el corazón le volviera a latir.

TRES MESES, DOS DERROTAS / Lo dicho. Gano Hereu, lo celebró Trias y, todo hay que decirlo, José Montilla perdió unas elecciones por segunda vez en tres meses. Laexconsellerano era oficialmente la candidata de la cúpula del partido. Oficiosamente, sí. Durante las últimas semanas, los militantes con derecho a voto han recibido no pocas llamadas y avisos sobre las posibles catástrofes que podían cernirse sobre el socialismo catalán si Hereu era el candidato. ¿Apocalíptico en exceso? Sí, pero equiparable a las llamadas que desde la federación de Barcelona han recibido los mismos militantes previniéndoles sobre el error de poner el destino en manos de Tura.

Todo eso, en cualquier caso, ha acontecido entre bambalinas. En escena, ante el público, las primarias -más aburridas o menos, según los gustos- han sido lo suficientemente impecables como para que ayer los dos candidatos anunciaran los resultados fundidos en un abrazo y el PSC pueda presumir ahora de atreverse con un ejercicio de democracia interna en el que otros partidos son todavía vírgenes.

¿Noche redonda para el PSC? Decir eso sería exagerar. Por lo pronto, la promesa que en campaña hizo Hereu de llevar a Tura en su lista en caso de vencer en las primarias no se asomó en su discurso tras las victoria. Tampoco -según fuentes del equipo de laexconsellera- su intención sería aceptar la oferta.

Ganó Hereu, brindó con cava Trias, fracasó Montilla y, también, se cebó anoche una bomba retardada en la federación barcelonesa del PSC, que con mano de hierro dirige Carles Martí, su primer secretario. A su obstinación se le atribuye en parte la decisión de Hereu de no rendirse. Tras conocer los resultados, Martí estaba tanto o más exultante que el candidato. No en vano, su pulso con Montilla aseguran que ha sido tan tenso que a la federación de Barcelona se le supone el propósito de ser una voz muy potente en el congreso que el PSC celebrará en otoño para, entre otras cuestiones, elegir nada menos que a un nuevo líder.

BOMBA DE OTOÑO / La bomba estallará entonces, siempre y cuando Martí, Hereu y el ala de la federación de Barcelona que les ha sido fiel durante las primarias logren movilizar de aquí al 22-M al electorado socialista. Las encuestas no predicen una victoria de Trias porque este sea un imán de votos de izquierdas, sino porque la apatía parece aquejar a los barceloneses que durante 32 años han decidido que el PSC gobierne en su ciudad. Ese es el nuevo reto de Martí. Si no lo supera, el congreso de otoño será doblemente singular. Tura perdió peso ayer cara a esa cita y, con ella, ese indefinido grupo conocido como el sector catalanista del partido. Montilla también salió abollado de las primarias y con él su reducido equipo de colaboradores. Si el 22 de mayo Hereu y Martí no dan una campanada equiparable a la de anoche, se sumarán al grupo.