PLENO DE INVESTIDURA EN EL PARLAMENT

Mas no logra ser investido 'president' en la primera votación

NEUS TOMÀS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat, Artur Mas, no ha conseguido el apoyo de ningún grupo parlamentario para lograr ser investido hoy, en la primera votación. Los 62 diputados de la federación nacionalista se han quedado solos en su respaldo a Mas en una votación en la que se requería mayoría absoluta. Todos los grupos de la oposición, que suman 73 escaños, votaron en contra. El jueves, en la segunda vuelta, le bastará con la abstención del PSC o el PPC.

Mas aspira ese día a ser investido con solo 17 votos en contra (ICV-EUiA, Solidaritat Catalana y Ciutadans). Para ello, el líder de CiU abrió el lunes de par en par las puertas de su discurso de presentación para que en él cupieran o, al menos, no se sintieran incómodos el PSC, el PPC y ERC. Nadie le prometió la indispensable abstención en la votación del jueves, pero tampoco nadie se la negó de antemano.

A la presumible abstención del PSC y el PPC puede sumarse a última hora la de ERC, que hoy se ha mostrado dispuesta a colaborar con Mas si este se compromete a no retroceder en las políticas sociales del tripartito. De hecho, el republicano Joan Puigcercós le ha planteado una "espiral de confianza" durante la legislatura entre Esquerra y Convergència.

A tres bandas

La primera jornada del debate, ayer lunes, fue una suerte de juego del gato y el ratón. Mas fue amable con el nuevo jefe de filas parlamentario del PSC, Joaquim Nadal, hasta el extremo de que agradeció parte de la herencia que recibirá de manos del tripartito, y con la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, con la que las insalvables diferencias en materia lingüística apenas eclipsaron sus coincidencias en materia de política económica.

La cuestión, en cualquier caso, es que el líder de CiU se resiste a tener una única pareja de baile. Eso fue muy evidente. Tanto, que, en un momento de su cara a cara con Nadal, el candidato a 'president' reivindicó su derecho a gobernar sin la permanente red de seguridad de una mayoría absoluta debajo del trapecio parlamentario. Sin expresarlo abiertamente, apeló con claridad a la "responsabilidad" de sus adversarios para que no se opongan a su investidura.