NUEVAS COMPARECENCIAS ANTE EL JUEZ QUE INVESTIGA EL SAQUEO

Montull declara que Osàcar no es el «Daniel» que recibió dinero del Palau

Jordi Montull (con bufanda) y Fèlix Millet (con americana marrón), en compañía de sus abogados, ayer, en la Ciutat de la Justícia.

Jordi Montull (con bufanda) y Fèlix Millet (con americana marrón), en compañía de sus abogados, ayer, en la Ciutat de la Justícia.

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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el exdirectivo del Palau de la Música Jordi Montull se acogió ayer a su derecho a no declarar ante el juez Juli Solaz, que investiga el saqueo de la entidad cultural. Sin embargo, entregó un escrito en el juzgado en el que exculpa a Daniel Osàcar, que el lunes renunció al cargo de responsable de finanzas de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), del presunto cobro de comisiones por la adjudicación de obra pública que la constructora Ferrovial canalizó a través del auditorio. El imputado y saqueador confeso detalla en el documento que el tal «Daniel» que figura en los papeles encontrados en el Palau sobre el supuesto reparto de comisiones no es Osàcar, aunque tampoco especifica quién es.

Al igual que Montull, también volvió a comparecer en el juzgado su hija Gemma, exdirectora financiera del Palau, y Fèlix Millet, su amigo y expresidente de la institución. Todos están imputados por el desvío de fondos de la entidad, que según los informes periciales de la acusación particular alcanza los 35 millones de euros. Montull casi no abrió la boca. Solo titubeó cuando el juez le preguntó: «Si el Daniel que aparece en los documentos no es Osàcar, ¿quién es?». Las indicaciones de su abogado, Jordi Pina, llevaron al imputado a contestar de forma poco clara: la respuesta quedó en un «no es nada». Precisamente, Osàcar, de 75 años, dimitió hace apenas tres días por razones personales.

EVITAR «BATALLAS POLÍTICAS» / El acusado subraya en el escrito entregado ayer que lo que tenía que explicar ya lo dijo en la confesión que realizó el año pasado, en la que admitió haberse apropiado de fondos del Palau, y que «tampoco quiere que sus manifestaciones puedan ser utilizadas en batallas políticas que nada tienen que ver con los hechos investigados». A renglón seguido, aclara las referencias que aparecen en algunos documentos e informes periciales respecto a «terceras personas» ajenas al proceso, como es el caso de las siglas GPO (figuran en papeles sobre el reparto de comisiones), que según el imputado no corresponden a la empresa GPO Ingeniería. De los papeles incautados se desprende la canalización de comisiones por valor de 5,9 millones de euros (el 4% de las adjudicaciones) que pudieron ir a personas o entidades afines a CDC por la adjudicación de obras públicas, como la Ciutat de la Justícia y la línea 9 del metro de Barcelona.

Quien sí habló fue Gemma Montull. La exdirectora financiera del Palau declaró durante casi dos horas: subrayó que ella solo era una empleada que obedecía las indicaciones de sus superiores (su propio padre y Millet) y que tramitaba pagos, recibos y facturas pero nada más. «No tenían ninguna competencia sobre decisiones», incidió su abogado, Jesús Silva. Según su versión, la imputada se dedicaba a labores contables y le daba igual que una factura estuviera a nombre de una persona o de otra. El letrado añadió que su defendida «no tenía por qué vigilar lo que sus superiores hacían».

La acusada también se desvinculó de las anotaciones que figuran en sus dietarios y que aluden al destino de los fondos aportados al Palau por Ferrovial bajo un aparente patrocinio. Una parte fue a parar a la Fundació Ramon Trias Fargas (hoy Catdem), vinculada a CDC, y a proveedores del partido nacionalista. La exdirectora financiera aseguró que cuando llegaba el dinero eran sus jefes quienes le decían cómo distribuirlo.