MOVIMIENTOS POLÍTICOS EN EL PAÍS VASCO

El nuevo partido de los aberzales rechaza la violencia y la extorsión

Marian Beitialarrangoitia y Rufi Etxeberria, durante la reunión.

Marian Beitialarrangoitia y Rufi Etxeberria, durante la reunión.

AITOR UBARRETXENA / Pamplona

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La izquierda aberzale dio ayer un paso sin precedentes al rechazar con claridad el uso de la violencia y la extorsión. La presentación de las bases de su nuevo partido, que intentará ser legalizado en breve, incluyó un listado de sus principio ideológicos, entre los que quedó claro que «no hay cabida para ninguna forma de coacción violenta».

A la espera de que se conozcan con detalle los estatutos de la nueva formación, de la que todavía no se conocen ni el nombre ni los dirigentes, el multitudinario acto de ayer en Pamplona supuso una ruptura con décadas de tibieza y ambigüedad, cuando no de justificación, al referirse a la violencia etarra. Rufi Etxeberria, exmiembro de la mesa nacional de Batasuna y uno de sus líderes de más peso en los últimos años, fue el encargado de dar lectura al comunicado. Estuvo respaldado por más de 300 dirigentes de distintas épocas y movimientos afines a la izquierda aberzale, incluidos expresos de ETA, que posaron delante de un cartel con la inscripción «Gora ezker abertzalea!» (Viva la izquierda aberzale).

La fotografía que ofrecieron en su comparecencia, en la que no se admitieron preguntas, buscaba transmitir unanimidad en la apuesta por las vías exclusivamente políticas y democráticas.

En el documento leído se concreta que el compromiso de la formación que pretenden legalizar no estará sujeto «a variables tácticas o factores coyunturales, y por tanto deberá rechazar el uso de la violencia, o la amenaza de su utilización para el logro de objetivos políticos». De esta manera, se desmarcan tanto de las acciones que ETA pueda cometer en el futuro como de la extorsión, pero no hacen alusión a los atentados cometidos en el pasado.

ACORDE A LA LEY DE PARTIDOS // Sin citar explícitamente a la banda terrorista en ningún momento, se destaca que en la estrategia del nuevo proyecto «no hay cabida para ninguna forma de coacción violenta». Y para que no queden dudas de que el objetivo es poder acudir a las urnas, el texto acaba destacando que, pese a rechazar la ley de partidos, la nueva fuerza cumplirá sus exigencias.

La comparecencia de ayer de la izquierda aberzale supone otro paso más dentro del plan marcado desde principios de año. Tras el refrendo de sus bases al documento Zutik Euskal Herria (En pie, Euskal Herria) en febrero, se han sucedido los pronunciamientos políticos y los llamamientos, con especial protagonismo de la Declaración de Bruselas. Presentada en marzo, sus impulsores fueron una veintena de personalidades de ámbito internacional, incluidos cuatro premios Nobel de la Paz, que pidieron públicamente a ETA un alto el fuego verificable, permanente y unilateral, al tiempo que reclamaban pasos de distensión al Gobierno español.

La banda tardó cinco meses en posicionarse ante esa declaración, pero, pese a valorarla, desde entonces no ha atendido al requerimiento de una tregua verificable. Ante el riesgo de que esta espera le dejara sin tiempo para concurrir a las elecciones municipales y forales de mayo, la izquierda aberzale ha decidido no esperar más y marcar distancias.

La declaración pública de ayer tiene un gran calado dentro del mundo radical, ya que supone el mayor desmarque realizado nunca respecto a la violencia etarra. Además de que confirma que el camino emprendido por la actual dirección aberzale es irreversible y deja sin espacio a ETA; todo lo que no sea un comunicado en el que dé pasos hacia su desaparición sería interpretado como una evidente disidencia interna.