ARTÍCULO PUBLICADO EL 20 DE ENERO DE 1996

Gutiérrez 'jubila' a Camacho

F.J.DE PALACIO / A.FUENTES

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Marcelino Camacho no es presidente de CCOO desde ayer, después de ocho años ocupando este puesto. El escrutino de los de las votaciones arrojó 571 votos en contra y 366 a favor de que continuara al frente del sindicato. La mayoría representada por Antonio Gutiérrez, que salió reelegido como secretario general por el 66,3% de los delegados, ejerció su "voto de castigo" tras la monumental bronca protagonizada por los dos sectores del sindicato enfrentados. Algunos delegados llegaron a las manos momentos antes de la votación de la enmienda que limitaba las funciones del presidente.

Antonio Gutiérrez pidió un voto en conciencia a los 1.000 delegados asistentes respecto a Camacho y éste fue, finalmente, negativo a la figura del líder histórico. La mesa del congreso anunciará hoy que el cargo de presidente quedará "desierto" y limitado a funciones honoríficas.

El congreso de ayer pasará a la historia como uno de los más polémicos del sindicato, al margen de que el repesentante más emblemático del sindicalismo comunista haya dejado su vida activa en CCOO.

Todos los asistentes al congreso esperaban expectantes la presentación de la enmienda 1.442 que limitaba las funciones de Camacho, que mañana cumple 78 años, hasta situarlas en la mera repesentación honorífica. La enmienda fue defendida por un representasnte de Castilla-La Mancha, unión que la había presentado entre gritos esporádicos de "asqueroso" y "sinvergüenza", ahogados por aplausos del sector de Gutiérrez.

Agustín Moreno subió después al estrado para intentar apoyar la presidencia de Camacho, gesto que fue impedido por Ignacio Fernández Toxo, presidente de la mesa, por no pertenecer a la ponencia. La bronca no se hizo esperar. Los delegados del sector crítico se levantaron indignados con los brazos alzados gritando "manos arriba, ésto es un atraco".

Los seguidores de Gutiérrez contestaron inmediatamente con un viejo eslogan de las movilizaciones que resonó como un trueno en el Palacio de Congresos: "CCOO, sindicato trabajador". El local se venía abajo con el estruendo que, a su vez, fue respondido con el mismo lema por el sector crítico.

El punto más álgido fue cuando un joven seguidor de Moreno salió disparado contra la mesa presidencial con intención de agredir a Toxo y tuvo que ser arrastrado fuera de la sala.

Antonio Gutiérrez obtuvo 657 votos a favor (66,3%), frente a 317 en contra (32%). En su intervención previa a su reelección, Gutiérrez afirmó que en el congreso no ha habido "ajuste de cuentas" y que la democracia comienza "cumpliendo lo que el congreso haya decidido soberanamente".

El reelegido secretario general reconoció que se había formado en la escuela de la generación de Camacho, pero dio por imposible la síntesis con los críticos al decir que en lugar de debate sólo había "dinamita". Admitió que las minorías tienen derecho a criticar, pero que eso no era compatible con un "bombardeo contra el cuartel general de la confederación".

El líder de los críticos, Agustín Moreno, dijo que el resultado de la votación era "triste, lamentable y siempre se recordará en el sindicato este delito, que va contra las personas que opinan", refiriéndose a Marcelino Camacho. Descartó la ruptura del sindicato llamando a la unidad y la integración. Sin embargo, líderes de organizaciones donde son mayoría los críticos, como Alberto Rubio, de Asturias, afirmaron "ser capaces de acabar en la comisión de garantías" en su lucha contra el sector oficialsta.