recuerdo de la guerra civil
3.000 personas rinden homenaje a las víctimas de la batalla del Ebro
Se desbordaron las previsiones de asistencia. El primer acto de homenaje institucional a las víctimas de la batalla del Ebro, organizado conjuntamente por el Memorial Democràtic de la Generalitat y el Consorci Memorial dels Espais de la Batalla de l'Ebre (Comebe), reunió ayer a más de 3.000 personas, una cifra que obligó a repetir el acto central en el polideportivo de Gandesa (Terra Alta) a fin de que pudieran presenciarlo todos los asistentes.
El homenaje sirvió asimismo para presentar la remodelación del Memorial de Les Camposines, en el término municipal de La Fatarella, donde desde ayer se pueden leer, en una treintena de placas, los nombres de 1.145 víctimas de la batalla más cruenta de la guerra civil, en representación de los más de 20.000 soldados que perdieron la vida en el frente del Ebro.
NI VENGANZA NI OLVIDO / «Es un acto de justicia y reconocimiento para todas las víctimas de todos los bandos y para sus familias -afirmó elconsellerde Interior, Joan Saura, que presidió el homenaje-, sin ningún afán de venganza pero sin olvidar que el responsable de la guerra fue el ejército fascista que se levantó contra la legalidad republicana». Saura recordó que el objetivo final de la política de recuperación de la memoria histórica «es proclamar la vigencia de los valores democráticos» y blindar al país «cara al futuro para que nunca más vuelva a pasar lo que pasó».
Al homenaje asistió también, a título personal, elconsellerde Innovació, Josep Huguet, uno de cuyos tíos murió en la batalla del Ebro «por la República y por Catalunya». Huguet, que acudió en compañía de su padre, lamentó que la ley de amnistía de octubre de 1977 se haya convertido en una ley «de amnesia».
Particularmente emotiva resultó ayer la intervención de Joan Carles Vilalta, nieto de un desaparecido en el frente del Ebro, que se mostró conmovido por haber podido leer, por vez primera, el nombre de su abuelo escrito en una placa de homenaje. «Que nadie vea en esto ningún ánimo de revancha -señaló-, porque todos queremos tener un lugar, que hasta ahora no teníamos, donde poder honrar a nuestros muertos».
La batalla del Ebro, la más sangrienta y larga de la contienda, se desarrolló entre julio y noviembre de 1938. El censo de personas desaparecidas durante la guerra civil y el franquismo que elabora la Generalitat cuenta con una cifra total de 3.756 nombres inscritos, el 30% de los cuales (es decir, 1.145) son de personas desaparecidas en el frente del Ebro. Casi todos ellos (el 98%) eran combatientes del Ejército de la República, entre los que se hallaban algunas decenas de brigadistas internacionales, mientras que solo 23 eran soldados del bando franquista. La desproporción se explica por el hecho de que el Ejército republicano, en retirada, no pudo recoger a buena parte de los fallecidos.
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