El pulso diplomático

La crisis con Marruecos dispara la inmigración irregular en Melilla

MAYKA NAVARRO / Melilla
PILAR SANTOS / Nueva York

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Por muy tranquilo y limpio de pancartas y activistas que amanezca desde el pasado fin de semana el manifestódromo del paso fronterizo de Beni Enzar, en Melilla, las relaciones entre Marruecos y España siguen alteradas. La prueba es, según algunas fuentes, la "escasa o nula" implicación de las autoridades marroquís en la lucha contra la inmigración irregular en Ceuta y Melilla. Solo en esta última ciudad, hasta el 15 de septiembre habían entrado por mar, nadando o en embarcaciones hinchables, 400 inmigrantes desde que empezó el año, el doble que en el mismo periodo del 2009. El asunto sobrevoló la entrevista que ayer mantuvieron en Nueva York el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y Mohamed VI. Sin embargo, tras la entrevista, que calificó de "muy positiva", el jefe del Ejecutivo transmitió un mensaje de cordialidad y aseguró que «los problemas» se deben abordar desde «el principio del respeto, con buena voluntad y con resultados prácticos».

Mediación del DAO

La preocupación en el Gobierno y en los servicios de información es "muy grande". Fuentes de la lucha contra la inmigración ilegal señalan que desde el conflicto de la frontera en Melilla, a mediados de agosto, las autoridades marroquís "se niegan"» a intervenir cada vez que la Guardia Civil les alerta de la salida, a nado, en flotador, barquita o incluso en moto acuática, de inmigrantes en sus aguas. La actitud de Marruecos llegó a provocar la intervención del director general operativo (DAO) de la Guardia Civil, el teniente general Cándido Cardier, quien recientemente se entrevistó en Madrid con el agregado policial de Marruecos en su embajada para pedirle explicaciones. Fuentes cercanas al DAO aseguran que la situación "mejora poco a poco", pero lo cierto es que en Melilla se extiende el temor al efecto llamada.

Solo el sábado llegaron a la ciudad dos subsaharianos a nado y una embarcación neumática con una docena de inmigrantes. Una vez más, la Guardia Civil alertó a las fuerzas marroquís y estas volvieron a enumerar la misma lista de excusas de las últimas semanas para evitar interceptar la embarcación o a los inmigrantes antes de su llegada a España como venían haciendo antes de la crisis.

Los responsables policiales españoles temen el efecto llamada si se corre la voz de que es fácil entrar en España. Y algo está pasando (y más ahora, con el viento de poniente que sopla en la zona desde el fin de semana y mantiene la mar en calma). Las últimas informaciones sobre el asentamiento de la Cantera, en Gurugú (Marruecos), cifra en unos 130 los inmigrantes que esperan para dar el salto, bien por el alambrado o aprovechando las precipitaciones de finales de mes que obligarán a levantar algunas rejas de los arroyos que atraviesan la valla.

"La foto es lo más importante"

En Nueva York, entre las diversas reuniones de la cumbre de la ONU contra la pobreza, Zapatero pudo abordar este problema con Mohamed VI, aunque el presidente apuntó que no habían descendido "al detalle", misión que dejan "para los ministros de Exteriores e Interior". El jefe del Ejecutivo, eso sí, declaró que la ayuda de Rabat ha sido "determinante" para estabilizar el control fronterizo en anteriores crisis.

 Zapatero intentó mostrar que la herida diplomática está cerrada y aseguró que las legaciones de Madrid y Rabat serán ocupadas por los nuevos embajadores "en un breve plazo de tiempo". El jefe del Ejecutivo era consciente de la trascendencia de la cita con Mohamed VI ¿al que el rey Juan Carlos llegó a telefonear para mediar¿ y lo expresó ante los fotógrafos en su saludo al monarca: "La foto es lo más importante".