conato de crisis hispano-marroquí

Rajoy visita Melilla como "acto de soberanía" y enoja a Marruecos

MAYKA NAVARRO / Melilla

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El PP ha decidido soplar sobre las cenizas de la cadena de incidentes fronterizos que el pasado mes de agosto enfrentaron a España y Marruecos y, como era fácilmente previsible, ha descubierto debajo brasas aún incandescentes. El primer ministro de Marruecos, Abbas el Fassi, expresó ayer su «rechazo total a la visita provocadora» que hoy tiene previsto realizar Mariano Rajoy a Melilla. Marruecos, es cierto, realizó ayer un ataque selectivo. La protesta del primer ministro consistió en una carta dirigida personalmente al líder del PP, es decir, que a su manera preservó las recién recompuestas relaciones con el Gobierno de España, pero en la frontera melillense de Beni Enzar todo parece a punto para una segunda parte corregida y aumentada de los incidentes de agosto. Mañana, por ejemplo, el imán de Tánger, Aminh Belkaid, tiene previsto presidir un (se supone) multitudinario rezo de los viernes en la tierra de nadie que separa ambos países.

Rajoy, en esencia, repetirá la ruta de la visita que José María Aznar hizo el pasado 18 de agosto durante el cénit de la crisis hispano-marroquí, pero, a diferencia de su mentor, no irá al epicentro del conflicto, el paso fronterizo de Beni Enzar.

«LA PRIORIDAD SAGRADA» / «Este viaje no hará sino empañar el clima cordial que prevalece entre los dos países», avisó el primer ministro marroquí. El PP se lo tomó a la tremenda. Lo hizo a través de su portavoz de Asuntos Exteriores, Gustavo de Arístegui, quien quiso puntualizar que la visita del líder de su partido a la ciudad norteafricana «no es negociable ni una provocación», sino que es «un acto de soberanía del principal partido de la oposición». En el contexto de esa frase, la expresión «acto de soberanía» podía interpretarse de varios modos. ¿Se refería a la soberanía del PP sobre sus propios actos o de España sobre Melilla? Por si quedaban dudas, lo aclaró cuando añadió que «la defensa de España y de sus intereses es una prioridad sagrada y, desde luego, Ceuta y Melilla son parte integral irrenunciable e innegociable de España».

CARTEL OFENSIVO / La cuestión es que sin pisar aún el líder del PP tierras africanas ya fue posible intuir ayer que la de hoy será una jornada tal vez explosiva. Los activistas promarroquís que en agosto tensaron la cuerda en Beni Enzar han reaparecido con idéntico entusiasmo que entonces. Ayer, por ejemplo, mostraron a EL PERIÓDICO como les han quedado los nuevos carteles de protestas, visto el notable éxito que cosecharon aquellos de agosto en los que exhibían con poses chulescas a las agentes de policía españolas del paso fronterizo. La nueva hornada de carteles muestra a Rajoy, Aznar y al también popular presidente de Melilla, Juan José Imbroda bajo el lema, en árabe, «el vertedero de la historia».

El PP nada sabía aún ayer de eseprovocador cartel. El Gobierno, probablemente, tampoco, pero por una doble vía pareció que quería poner la tirita antes de que la herida sangre. Fuentes del Ejecutivo central le desearon buen viaje a Rajoy con la esperanza de que su propósito sea contribuir a las buenas relaciones entre España y Marruecos. El PSOE, por su parte, quiso poner de su parte para que, como mínimo, el PP no pueda quejarse de falta de respaldo ante la carta del primer ministro marroquí y, así, expresó el «perfecto derecho» de Rajoy a ir a Melilla, eso sí, siempre con el matiz de que sirva «para ayudar».

Si la crisis de Beni Enzar tendrá una segunda entrega se verá a partir de hoy. Las condimentos están a punto. Melilla celebra mañana su 513º aniversario como ciudad española. De Rajoy se espera que aluda a ello.