La gira asiática del presidente

Zapatero impulsará las reformas digan lo que digan los sindicatos

MANUEL VILASERÓ
TOKIO ENVIADO ESPECIAL

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Si se diseñara la imagen que necesita proyectar el presidente del Gobierno de España en el extranjero para transmitir confianza a los mercados y a los inversores se aproximaría mucho a la que quiso dar José Luis Rodríguez Zapatero ayer en Tokio (Japón). La de un hombre firme al que no le temblará el pulso ante una huelga general o las protestas contra reformas «impopulares» como las del mercado laboral y de las pensiones, «necesarias para el bienestar del país». Un Zapatero sin vacilaciones ni rectificaciones que no casa demasiado con el que los españoles están acostumbrados.

El auditorio estaba formado por los miembros del Club Nacional de Prensa de Japón, periodistas prestigiosos que han visto desfilar por el mismo escenario a Felipe González y José María Aznar y a un sinfín de dirigentes mundiales. Como era de esperar, los periodistas llegaban con la idea de una España ahogada por la deuda y envuelta en revueltas sociales que Zapatero se encargó de desmontar. Uno de ellos dio incluso por hecho que la huelga general convocada el 29 de septiembre ya se había llevado a cabo y otro que España iba a recurrir a la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI).

SIN CONSENSO / El presidente español dejó claro que ya ha asumido que «no va ha haber consenso social en algunas cosas» (reforma laboral y de las pensiones), pese a lo cual las llevará a cabo «porque en ello está en juego el bienestar de nuestro país». «La gran mayoría sabe que la reforma laboral es necesaria», aunque no cuente «con el respaldo de quien defiende sus legítimos intereses», prosiguió. Y añadió que «los sacrificios de hoy, lo dice la historia, son la puerta al bienestar del mañana», y que no solo ha tomado «decisiones dificiles y duras», sino que lo seguirá «haciendo en el futuro si es necesario».

Zapatero recordó que desde que llegó al palacio de la Moncloa ha suscrito 20 acuerdos laborales con los agentes sociales y garantizó que «al día siguiente» de la huelga general convocada para el 29 de septiembre continuará con esa misma actitud de diálogo.

PAÍSES LONGEVOS / Tras defender la reforma laboral, de la que dijo que «fomentará la flexibilidad de las empresas», explicó que la de las pensiones «es imprescindible para la sostenibilidad de las cuentas públicas». España y Japón, argumentó, son los países con mayor longevidad del mundo, por lo que «mantener pensiones dignas exige progresivamente trabajar algo más» y también «mejorar el grado decontributividaddel sistema». También confirmó el anuncio adelantado por la vicepresidenta Elena Salgado de que el Gobierno quiere tener acordada una propuesta antes de fin de año.

Ante la pregunta de si España va a recurrir al FMI, Zapatero pudo responder con chulería: «Nosotros somos los que damos asistencia al fondo. España ni pide ni necesita asistencia».