LA MANIFESTACIÓN DEL 10-J

Los partidos asumen el "ridículo" pero mantienen su pugna por encabezar la manifestación

El PSC ve intereses políticos en Òmnium y CiU cree que a Montilla le "incomoda" participar en la marcha

JOSÉ RICO

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Los partidos catalanes han asumido esta mañana la mala imagen que están dando por la polémica de la manifestación del 10-J en defensa del Estatut. "Estamos haciendo el ridículo", ha afirmado sin complejos el socialista Joan Ferran. Pero, reconocido el esperpento, cada partido se ha mantenido en su posición inicial, es decir, que ninguno está dispuesto a ceder en sus pretensiones. El PSC ve intereses políticos en Òmnium Cultural para "esconder" la senyera, mientras que CiU ha acusado alpresident de la Generalitat, José Montilla, de "no creerse" el acto unitario.

Aunque todos los grupos han reiterado que estarán el sábado en las calles de Barcelona sea cuál sea su cabecera, el rifirrafe por capitalizar la primera fila de la marcha ha subido de tono en el Parlament. El portavoz de CiU, Oriol Pujol, ha sido el primero en criticar a aquellos que ponen en cuestión el lema de la manifestación,Som una nació. Nosaltres decidim. "El presidente de la Generalitat y el PSC viven con profunda incomodidad el lema. Montilla lo vive así porque socios del Govern lo ponen en evidencia. Esto no es muy serio y un poco ridículo, y probablemente esto pasa cuando uno hace algo que no se lo acaba de creer. Te acabas metiendo en un lío y acabas estando incómodo", ha afirmado.

“Intereses” afines a CiU

La respuesta no ha tardado en llegar y el portavoz adjunto del PSC en el Parlament, Joan Ferran, ve "intereses políticos" detrás de la decisión de Òmnium, en cuya junta directiva hay afines a CiU. Ferran ha denunciado que "no atender una demanda responsable, razonada y patriótico del presidente catalán es un acto excluyente". "No discutimos el lema de la manifestación, que no está en duda. Hemos de poner por delante de la manifestación a las instituciones, la bandera y la presidencia", ha subrayado.

Los socialistas insisten en que delante de la pancarta de Òmnium debería marchar una senyera portada por niños y, tras ella, Montilla, elpresident del Parlament, Ernest Benach, y otras figuras institucionales de Catalunya. Sin embargo, CiU prefiere mantener la pancarta soberanista en primer lugar, a sabiendas de que incomoda al president.

Solución envenenada

En medio de este cruce de reproches, el presidente de ERC, Joan Puigcercós, ha propuesto una solución aparentemente salomónica, pero que se acerca de forma clara a los intereses de Òmnium. El líder republicano ha pedido a los políticos, incluido al president, que renuncien a encabezar el acto y acepten discurrir en un segundo plano, y ha expresado su disposición a marchar "como un ciudadano más", algo que cedería el protagonismo a la pancarta de Òmnium. Puigcercós ha atribuido la polémica a la "pugna" entre PSC y CiU, al tiempo que ha acusado a sus líderes, Montilla y Artur Mas, de moverse por "tacticismo" con un "alto grado de irresponsabilidad".

Por su parte, ICV también ha puesto sobre la mesa su propia propuesta. La portavoz ecosocialista en el Parlament, Dolors Camats, ha avanzado que acudirán a la manifestación con pancartas que añadirán al lema propuesto por Òmnium la frase Volem tot l'Estatut. Tras lamentar que, a pocos días para la marcha, el debate "esté tan fuera de lugar" y gire entorno de si debe liderarla una pancarta o la senyera, Camats ha considerado "lógico" que si el president asiste, deba encabezar el acto.

Reunión definitiva

Por su parte, el PPC y Ciutadans han vuelto a censurar la convocatoria de la marcha pro-Estatut y han desafiado a Montilla a empuñar unaestelada, bandera independentista catalana, en lugar de unasenyera, la enseña oficial. Ambos partidos han acusado alpresident de querer "apropiarse" de los símbolos "de todos los catalanes, los que aprobaron y los que rechazaron el Estatut".

Mientras tanto, la comisión organizadora de la manifestación se reunirá mañana para decidir la cabecera definitiva de la protesta y resolver así la polémica que se ha generado sobre quién y qué debe estar en primer término. La presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, ha aseverado que la entidad se mantiene firme en su posición, pero ha indicado que "hay más voces que tienen que pronunciarse". "Òmnium es una voz importante, pero no la única", ha remarcado en declaraciones a RNE.