MISIONES MILITARES EN EL EXTERIOR

Una pierna nueva para Adnan

Legionarios en Irak compran una prótesis para un soldado que perdió la extremidad con una bomba

Esperanza 8 El iraquí Adnan Hatem Muzel con su nueva pierna.

Esperanza 8 El iraquí Adnan Hatem Muzel con su nueva pierna.

MAYKA NAVARRO / BARCELONA

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El primer gol se lo dedicará a la Legión y el segundo al Barça de sus amores... El soldado iraquí Adnan Hatem Muzel apenas lleva tres días practicando con su nueva pierna ortopédica. En el 2006, con solo 16 años, perdió la extremidad izquierda en una explosión. Pensó que nunca más volvería a caminar sin muletas. Se negó a perder la sonrisa. Desde el domingo, Hatem camina una hora al día con su nueva pierna de plástico made in spain. La obra es el resultado de la solidaridad de los legionarios que diez años después de salir precipitadamente de Irak han regresado a este país para realizar labores de instrucción del maltrecho ejército iraquí. Sin olvidar que más allá de las estrategias militares, está la labor humanitaria que deja una huella imborrable tanto en la tropa como en la población.

Al otro lado del teléfono, el comandante Ángel Alonso Timón, desde Irak, disecciona las pericias hasta conseguir la nueva pierna de Hatem. Llegó la Legión a Irak y faltó ver dos veces sonreir a Hatem con una sola pierna para saber que debían ayudarle. No llevaban ni tres semanas deplegados cuando en la base Gran Capitán los legionarios acordaron que el 10% del dinero recolectado del bingo de todos los jueves se destinaría a comprar una pierna ortopédica para el soldado. ¿Y cuánto cuesta una pierna? Tres mil, cuatro mil euros... «Lo que sea. Pero ese soldado iba a tener una nueva pierna», relata el comandante.

La historia del iraquí les conmovió. Con apenas 16 años controlaba el acceso a un cuartel en Mosul cuando un joven con un chaleco bomba hizó estallar la carga que se llevó por delante la pierna de Hatem. «Quería ser futbolista. Los legionarios le bautizaron como el Rivaldo iraquí».

Pese a su minusvalía, Hatem siguió en el ejército iraquí, realizando labores administrativas. Cartón a cartón del bingo improvisado en la cantina del cuartel, hace dos meses se recaudó el dinero para la primera pierna. Pero pasó que la primera prótesis que llegó a Irak le iba grande. La tuvieron que enviar en avión militar de vuelta a España. «Fue terrible. Costó hacerle entender que no se preocupara. Que de España enviarían otra pierna mejor y a su medida». Este pasado fin de semana llegó la nueva ortopedia y el equipo de médicos militares españoles le hizo los arreglos para que empezara a caminar.

«Será poco a poco porque su muñón lleva muchos años sin ejercitar y sin ortopedia. Pero es un hombre voluntarioso y con una gran fuerza de voluntad», explica el comandante. Estos días los legionarios andas atareados recogiendo bártulos. Su misión termina y serán sustituidos por los paracaidistas. Ni uno solo de los legionarios instructores se va de Irak sin una foto con Hatem, su nueva pierna y su eterna sonrisa.