tú y yo somos tres

Ya tocan al intocable

FERRAN MONEGAL

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El ataque del PP a La Sexta, lejos de amainar, sigue aumentando. Intenta sacar rédito Esperanza Aguirre de aquel mal entrecomillado que apareció en un rótulo de La Sexta noche, mientras la estaban entrevistando. Les acusa de manipular. Fue un entrecomillado equivocado, estamos de acuerdo. Pero parece que lo que doña Espe intenta es desviar la atención de lo que le preocupa de verdad: que en esa entrevista de La Sexta noche, cuando el periodista Eduardo Inda le dijo: «En Génova 13, los únicos que no cobran son usted y Gallardón», ella, de manera rotunda, respondió: «¡Exactamente!». O sea, asintió y corroboró. ¡Ahh! Eso es lo que intenta olvidar. Si pudiera, hasta borrar. No obstante, el ataque del PP a La Sexta tiene flecos más profundos que el caso de doña Espe. Esta cadena se está atreviendo hasta con  José María Aznar. La noche del miércoles, en El intermedio, invitaron a Ignacio Escolar. Es noticia este periodista. A través de su portal El diario.es, está destapando los papeles secretos de Rosendo Naseiro, aquel que también fue tesorero del PP. Papeles que apuntan directamente a Aznar. ¡Ah! El supremo Aznar. El último Emperador. Encima de él, nadie. Por eso, la  investigación de Escolar causa tanto nerviosismo. Pero lo que parece más insoportable es que una cadena de televisión abra las puertas al periodista-investigador, y le de voz. Quizá desearían que su trabajo quedase silenciado. Que ninguna tele hablase. Diluir a El diario.es, como si fuera cosa residual en la red. «Es una hoja parroquial», clamaba el otro día Antonio Hernández-Mancha, aquel que fue presidente de Alianza Popular. Y Escolar, desde El intermedio, le contestó: «Mi diario será hoja parroquial, pero lo que publicamos va a Misa». Resumiendo: no es tanto lo de doña Espe lo que irrita de La Sexta; lo que alarma es que ya se comience a tocar al intocable.

RESTAURANTES EN TRASPASO .- Chicote estuvo en Alcoi (Pesadilla en la cocina). Se encontró con un destartalado restaurante y lo transformó en una maravilla, como suele ser habitual. Todo redecorado, y la cocina, con los últimos adelantos. ¡Ahh! Parecía que la propietaria iba a ser inmensamente feliz. Lo es: acaba de publicar un anuncio de traspaso de su local, y señala que ha sido fabulosamente decorado por Chicote, ¡todo nuevo, todo nuevo! ¡Ah! ¡Qué maniobra!: que venga Chicote, que nos haga el restaurante nuevo, que nos dé publicidad, ¡y ya veréis qué traspaso más jugoso sacamos!