Al contrataque

Y el miedo cambió de bando

RISTO MEJIDE

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Y el miedo cambió de bando. Y en Génova lo disfrazaron de Comité Ejecutivo. Justo los que nos habían asustado tanto. El miedo se les volvió en contra, como un bumerán. Y reconocieron sus viejos fantasmas y los volvieron a bautizar. Parece que Albert Rivera es el nuevo Albert RiveraArtur Mas. Ojo que el guapito de cara viene a por nosotros. Y Aznar volvió de entre los jarrones chinosAznar  para arengar a las «fuerzas constitucionales». Eccehomo, siempre tirando de conceptos testosterónicos. Siempre haciendo de Pepero Grillo. Pardiez.

Y el miedo cambió de bando. Y el 'nuevo' progresismo quedó en agua de borrajas. Demostrando que esto no solo va de partidos ni de coaliciones, sino de candidatos creíbles, capaces de liderar. Parece mentira, justamente los que venían a darnos lecciones de nueva política, se quedaron por debajo de lo que sacaba la vieja ICV. Justo los que nos habían camelado con personalismos, fueron incapaces de revalidar. Igual deberían haberles explicado que aquí Venezuela se escribe con ç. Y que a este lado del Ebro, si no hablas de independencia, simplemente no estás.

Y el miedo cambió de bando. Y la exaltación independentista en Catalunya no fue para tanto. Iceta bailó hasta con la más fea -conmigo- Duran Lleida de vuelta a su suite del Palace -a nuestro pesar-. Y esa moderación tan catalana, que volvió a hablarnos con claridad. Y CDC y ERC volvieron a bajar en escaños, una vez más. Pero es que encima la opción independentista ganó en escaños, pero no en votos. 'Plebisfail'. Algunos todavía hablan de ruptura y no entienden nada. Son justamente los que no pisan Catalunya. Los que aquí no están.

Más incertidumbre

Y el miedo cambió de bando. Pero la gente al día siguiente siguió exactamente igual. Porque no he visto a nadie respirar tranquilo, convencido de que ya se disiparon dudas. Porque precisamente esa debería ser la principal derrotada de todo comicio: la incertidumbre. Y ahora, lejos de haber menos, da la sensación de que hay más. Con lo que eso afecta a las inversiones. A los proyectos. A los planes. Al día a día. A la realidad.

Y el miedo cambió de bando. Porque fuimos a votar por tercera vez en cinco años. Y el mensaje catalán fue bien claro: complejidad. No en votos, sí en escaños. Y no hay cosa más terrible para un político que una realidad compleja que no pueda simplificar en un titular contundente. Por mucho que algunos medios lo continúen intentando. Aunque otros medios aún se esfuercen en manipular.

Por eso, este menda cambió de bando. Es lo que pasa cuando escribes dos columnas antitéticas y recibes palos por todos lados. Y compruebas con asombro que la primera víctima del 'procés' es la ironía. Que a este paso, nos vamos a morir todos de intensidad.