La clave

Y ahora, ¿qué?

JUANCHO DUMALL

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Pasó el debate en el Congreso. Sin novedad. Un 86% de la Cámara rechazó la petición del Parlament de Catalunya de que la Generalitat recibiera la competencia para organizar una consulta soberanista dentro del marco legal. El resultado estaba cantado y lo que toca ahora es analizar en qué ha cambiado la tan esperada sesión parlamentaria el rumbo de la historia o, más modestamente, qué derroteros tomará tras ese hito el proceso político que con tanta intensidad se vive en Catalunya y en España.

El president dijo nada más terminar el debate que el proceso continúa. Sin novedad, también. Ahora vendrá la elaboración en el Parlament de una ley catalana de consultas, el posterior recurso de esta norma ante el Tribunal Constitucional, las elecciones europeas, la lectura de las elecciones europeas, el calentamiento de la Diada, la Diada, el calentamiento del 9-N, el 9-N... Y así, como en los dibujos de Oliver y Benji, corriendo y corriendo, pero sin avanzar ni un metro.

Bloqueo político

Porque en este momento no se atisba cómo puede celebrarse una consulta legal a la que aspira una clara mayoría de catalanes, ni tampoco con qué apoyos puede abordarse una reforma de la Constitución que, como dijo Rubalcaba el martes en el Congreso, permita «un nuevo marco de convivencia» entre Catalunya y España. La sensación de bloqueo político puede llegar a ser agobiante, porque si una cosa está clara es que el paso del tiempo, el ya escampará, no va a arreglar el contencioso.

¿Estamos, entonces, irremediablemente abocados a un choque de trenes, a un momento en el que cada catalán tendrá que elegir entre caixa o faixa? No dramaticemos. Seguramente vamos a vivir tiempos de tensiones políticas e institucionales, de grandes movilizaciones y de recios discursos patrióticos en Madrid y en Barcelona. Pero serán las urnas -sí, las urnas- las que vayan modulando aquí y allá una hoja de ruta que no es ni tan inamovible ni tan impracticable como unos y otros quieren hacer ver.

El debate no fue solo un partido de frontón. Hubo argumentos y matices. Pero, no nos engañemos, seguimos en el laberinto.