Vuelven los clásicos

Revisitar los clásicos. El PP es tan aficionado a ello que a los suyos los hace contemporáneos. Como por ejemplo, insultar, menospreciar y atacar a aquellos que dice querer junto a ellos. Lo han hecho con Catalunya de siempre, y ahora con el PSOE de un Pedro Sánchez a quien llama "sectario" y "radical" pero al que quieren de aliado táctico de Mariano Rajoy. Curioso método. Un clásico, en todo caso, como los que paradójicamente recuperan ahora fuerzas como Podemos o ERC, los unos revisitando el 'peix al cove', los otros 'la puta i la Ramoneta'. Esto último lo ha hecho también la Unió de Duran Lleida y su jeroglífica pregunta, aunque por este frente no hay nadie que pueda alegar sorpresa.

La 'nueva política' tiene cosas raras para quienes depositan en ella demasiadas esperanzas. Hace tiempo que lo tengo claro: básicamente la idea va de una nueva manera de comunicar, entendiendo 'nueva' como 'contemporánea', más adaptada y atractiva para el consumo de mensajes y a las demandas de la sociedad del presente. Pero más allá de eso, ahora una ERC con siglas antiguas pero con imagen refrescada gracias al liderazgo de Junqueras está practicando tras el 24-M aquello del pujolismo de los mejores años, haciendo guiños a unos y a otros, queriendo picar de aquí y de allá, ahora diciendo que sí a Ada Colau, ahora que sí pero no, ahora jurando fidelidad eterna (hasta el 27-S) a Artur Mas. 'La puta i la Ramoneta', vamos.

Y de un clásico del pujolismo a otro, revisitado también por teóricos nuevos como los de Podem liderados por Gemma Ubasart en Catalunya. Esta semana la escuchaba y hablaba con ella, y así como en el frente social parece que quiera impulsar grandes cambios (como mínimo de forma), con el frente nacional está en el pujolismo de los años 90. En este aspecto, su posibilismo roza el conservadurismo de quienes ellos tanto critican y que CiU practicaba hace décadas, tratando como mucho de rascar una competencia de aquí y de allá (aquello del 'peix al cove'), siempre esperando una mejor coyuntura en Madrid que nunca acababa de llegar. Ahora dice Ubasart que sí, que llegará. Igual que lo decían Jordi Pujol, Miquel Roca, Joaquim Molins o Duran Lleida, en sus años dorados.

Cuando CiU más deja atrás aquello que la había descrito en el pasado, porque en teoría el contexto le reclamaba claridad y definición, quienes la quieren sustituir desde la izquierda parece querer tirar de la fórmula que le dio tantos éxitos hace ya unos años. Veremos en la reacción de los votantes si los unos se equivocaron cambiando o si los otros lo habrán hecho prometiendo novedades y echando mano de los clásicos.