Variaciones en el mercado energético

Vuelve el petróleo de Irán

Con el fin de las sanciones,Teherán puede aumentar las exportaciones en el 2016 con relativa rapidez

MARIANO MARZO

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Tras el acuerdo alcanzado el 14 de julio entre el Gobierno de Teherán y el P5+1 (Alemania más los cinco miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia) Irán podría retornar de manera inminente al mercado global del petróleo, lo que tendría importantes repercusiones, tanto sobre los países productores, como sobre los consumidores y sus respectivos gobiernos. El acuerdo intenta resolver el contencioso suscitado entre Irán y parte de la comunidad internacional, levantando las sanciones económicas a cambio de frenar el desarrollo del programa nuclear iraní.

Las diversas rondas de sanciones económicas y financieras impuestas desde la revolución de 1979 no excluyeron a Irán de los mercados del petróleo hasta mediados del 2012. En esta fecha se toleraron ciertas excepciones que han permitido a Irán seguir vendiendo a algunos países alrededor de un millón de barriles diarios (mb/d). Sin embargo, una ojeada retrospectiva a los niveles de producción y de exportación de Irán permite apreciar a las claras el enorme impacto que las últimas sanciones han tenido sobre el país y el mercado global.

 En el 2011, antes de que las sanciones redujeran drásticamente las exportaciones, la producción de Irán promedió 3,7 mb/d, de los cuales 2,2-2,3 mb/d se destinaron a la exportación. Tres años después, en el 2014, la producción media se situó en torno a los 2,8 mb/d, mientras que las exportaciones habían caído a alrededor de 1 mb/d. En contraste, a principio y mediados de la década de los 70, antes de la revolución y la devastadora guerra entre Irak e Irán, este último país producía entre 5,6 y 6 mb/d, un ritmo que desde entonces no se ha vuelto a alcanzar.

EXPECTATIVAS

La posibilidad de que las exportaciones de petróleo no se vean limitadas en el futuro ha generado grandes expectativas. En principio, el levantamiento formal de las sanciones tendría efecto en diciembre, cuando los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica hayan verificando el cumplimiento de las condiciones del acuerdo de julio. Esto significa que, en teoría, el impacto de la vuelta del petróleo iraní al mercado no debería sentirse hasta el 2016, aunque, en la práctica, las previsiones podrían reflejarse en los precios del crudo en este último trimestre. Una vez que las sanciones hayan sido levantadas, Irán podría aumentar sus exportaciones en varios cientos de miles de barriles por día con relativa rapidez. El ministro del Petróleo espera que de entrada dicho incremento alcance los 0,5 mb /d, para después llegar hasta 1 mb/d en el plazo de seis meses. Otras estimaciones menos optimistas cifran el aumento inicial en algo más de 0,1 mb/d, para posteriormente, al cabo de un año, situarse cerca de 0,4 mb/d. Para entender estas cifras debe tenerse presente que este aumento de las exportaciones no depende solo de un aumento de la producción de los campos en funcionamiento o de la reactivación de otros en parada técnica, sino también de los 30-40 millones de barriles que Irán tiene en estos momentos almacenados en tierra y en petroleros.

Por lo que se refiere a la producción de petróleo de Irán, esta podría alcanzar entre 3 y 3,7 mb/d en 2016, lo que supondría un importante aumento respecto a los 2,8 mb/d del 2014 y 2015. A más largo plazo, Irán podría seguir incrementando gradualmente su producción hasta el 2020, pero ello requiere de inversiones continuadas, tanto por parte de la compañía estatal de petróleo (National Iranian Oil Company) como de empresas extranjeras. Históricamente, Irán siempre se ha apoyado en la inversión foránea para el desarrollo de sus campos petroleros, un hecho que en principio debería facilitar la tarea de atraer el capital y la tecnología de las petroleras extranjeras que esperan obtener unos contratos que les permita aumentar sus reservas.

Sin duda, el renacimiento de la producción y de las exportaciones de petróleo de Irán repercutirá sobre la OPEP, de la que dicho país es miembro fundador, aunque parece muy improbable que el cartel ajuste su producción a la nueva realidad, recortándola. Ciertamente, el cartel está dominado por los monarquías de El Golfo, con Arabia Saudita a la cabeza, y estas son abiertamente hostiles a Teherán, de modo que en ningún caso están interesadas en que su rival regional llene sus cofres a partir de las ventas de petróleo. Sin embargo, dichos países se encuentran en la actualidad inmersos en una guerra comercial por la cuota de mercado y esta requiere aumentar la oferta para mantener unos precios del barril lo suficientemente bajos como para mantener a raya a otros productores de más alto coste.