De vuelta

Un verano extraño, piensa ella mientras retoma el camino al trabajo. Unas vacaciones desordenadas. Como el tiempo. Repasa los días sin madrugones mientras el hálito de un otoño ansioso cosquillea su nuca. De vuelta a la rutina. A las prisas. A los días saturados de horas atiborradas de minutos. Sin apenas tiempo para ella misma. Camina y desempolva la lista recurrente de los buenos propósitos. Invariable durante los últimos años. Una retahíla de deseos siempre postergados por unas urgencias que ahora es incapaz de recordar. Nada era tan importante, tan definitivo como parecía. A cada paso, siente que el presente adormilado de las vacaciones empieza a agitarse. Se prepara para empezar a ordenarle a gritos todo lo que le queda por hacer. Y entre tanto alarido, ella empezará a galopar olvidándose del propósito de tanta cabalgada.

Un verano extraño, piensa ella, mientras siente cierto vértigo ante el otoño que se avecina. La incertidumbre despierta del letargo. Del mismo modo que las páginas de los diarios aceleran la respiración. Las noticias no se han ido de vacaciones, pero ella ha preferido jugar al escondite. Ahora, los titulares aporrean su puerta y sabe que solo queda darles la bienvenida. Gaza sigue sangrando. El horror continúa hincado en Irak y Siria. La amenaza del ébola se mantiene. Andorra, Suiza y Liechtenstein cada vez están más cerca de Catalunya. De vuelta a la realidad.