El voto de nuestra vida

Continuismo, alternancia, cambio, reconexión, desconexión... La variedad de ofertas del 20-D resta glamur a la abstención como voto de protesta

ENRIC HERNÀNDEZ

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El voto del domingo tendrá más valor que en anteriores contiendas. El bipartidismo imperfecto imperante durante décadas abocaba al voto desencantado a la abstención, tránsito menos tortuoso que pasar de la papeleta del PP a la del PSOE, o a la inversa. La orfandad del voto de castigo propiciaba así una plácida alternancia entre los dos grandes partidos, pero la irrupción de nuevas ofertas electorales, fronterizas y en competencia con las ya existentes, ha dinamitado ese duopolio al brindar alternativas a los electores dubitativos.

Los sondeos diariossondeos de esta recta final de la campaña, que por la obsoleta ley electoral no cabe reproducir aquí pero sí consultar en 'El Periódic d'Andorra' (www.elperiodic.ad), vaticinan un notable incremento de la participación el 20-D, dibujando un panorama político muy distinto del actual. Aunque la volatilidad del voto y la distribución de escaños por circunscripciones transforman la demoscopia en una ciencia de riesgo, dos cosas están claras: ni está garantizado que ganen los de siempre, ni es seguro que el vencedor logre luego los apoyos para ser investido presidente.

Es España, como Catalunya, un país pendular. El 20 de noviembre del 2011 otorgó al PP la más amplia mayoría de la que jamás había gozado la derecha, pero seis meses después el 15-M llenaba las plazas al grito de 'No nos representan'. Asomaba la indignación ciudadana no hacia la política, sino hacia cierto modo de hacer política. Sin esta simiente, nutrida por el injusto reparto de la factura de la crisis, los recortes sociales, las subidas de impuestos, los escándalos de corrupción y la pulsión catalana en favor del derecho de derecho a decidir, la partida del 20-D no estaría tan abierta como los sondeos predicen.

El glamur de la abstención

Convencidos, indecisos y descreídos ya no tienen excusa. Este domingo pueden votar continuismo, alternancia, cambio o recambio, incluso reconexión o desconexión, pero la abstención ha perdido glamur como expresión de protesta. Tal vez sea, esta vez sí, el voto de nuestra vida.