Votaré por ti

CARME PORTA

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Después de todos los despropósitos del gobierno de España, del Tribunal Constitucional (cada vez más inconstitucional) y de declaraciones bélicas diversas, una no puede más que preguntarse cómo, en una aparente democracia parlamentaria, hemos llegado hasta aquí. Como todas las personas que sufrieron la dictadura son, en España, capaces de seguir votando sus herederos, aceptar sus leyes y consignas.

No hablo de las mujeres y hombres activistas, que lucharon jugándose la vida mientras el dictador estaba vivo. Hablo de aquellas personas que quizás en silencio, quizás haciendo pequeñas aportaciones hacia un cambio, sufrían lo que el franquismo les imponía.

En Catalunya, una gran parte de estas personas se alinean claramente con el derecho a decidir, es un derecho democrático evidente. Muchas de ellas ya no lo podrán hacer. Tanto las que lucharon como las que lo sufrieron, ahora podrían ejercer un derecho a voto muy mermado: no refrendario, no vinculante, sin censo, con voluntariado... pero lo habrían hecho felizmente, conscientes de lo que nos jugamos y del futuro que queremos construir.

Yo votaré por todas aquellas y todos aquellos que ya no están y que, con toda probabilidad votarían Si y Si a la doble pregunta, pero votaré, básicamente por mi padre y mi madre, que hubieran querido vivir y ver este momento.

Ella, él, acogidos por este país que amaban (como amaban su tierra de nacimiento) y les dio oportunidades. Él, ella, hoy no pueden votar porque ya no están. Y se pedirían como es que no les dejan, como es que ni siquiera quieren escuchar, como es que la solidaridad entre pueblos no nos llega. Se harían muchas preguntas... y querrían votar, irían a votar con convencimiento, sin entender un no por respuesta.

Votaré por la gente que, en el País Valencià y Balears, no votará, a pesar de estar unidos por una lengua --que también nos niegan--, por una historia --también negada-- y por un anhelo de libertad --negado-- que nos ha unido en el entorno de la idea de los Països Catalans.

Votaré por todas y todos aquellos independentistas que ya no están y que lucharon tanto y tanto para que esto fuera posible: Julià Babia, Albert Ibañez, Maria Rosa Andreu, Mait Carrasco, Cisco Mallorques... por citar sólo algunos.

Y votaré por mi hija y mi hijo, que no pueden votar por edad, pero son el futuro del país, los que si que verán la independencia y construirán el estado libre y justo.

En todo caso, este domingo votaré, pese a la negación, a pesar de la prohibición, a pesar de la sordera selectiva del gobierno español. Votaré, votaré, votaré, porque como decía Antoní Massaguer, que tanto luchó y que ya no podrá votar hay que "ir, ir e ir".