La voluntad de un pueblo no es cuestión de sangre

Rajoy recurre a la sangre que nos circula por las venas para intentar que Catalunya no pueda hablar en las urnas, y en Catalunya quedamos nuevamente sorprendidos. Está claro que no es una cuestión de sangre ser catalán. Y está claro que tantas y tantas familias son una mezcla de orígenes y de apellidos. Ser catalán es sobre todo querer serlo, querer al país en el que se vive y, si se puede, se trabaja.

Mientras, en la Audiencia Nacional unos traductores de poca monta no pueden traducir el catalán con mínima decencia, y para que no se tergiversen las declaraciones en el juicio sobre el asedio al Parlament del 2011, diputados y el mismo 'president' Mas -a través de videoconferencia- acaban hablando en español, que lo sabemos bien.

Sale Gallardón y propone una nueva ley judicial que de entrada otorga a los Príncipes y a la Reina de Espanya el trato de aforados. ¿Por qué? ¿Por qué ahora después de ver a la infanta declarar y saber que el Rey por ley no declarará nunca? ¿Alguien tiene algo que esconder?

La Asamblea Nacional Catalana se reunirá hoy. Acordará el objetivo de hacer salir a la calle a dos millones de personas el 11 de septiembre de este año para llenar tranquilamente la Diagonal.

El próximo martes habrá una sesión importante en el Congreso de los Diputados. Tres diputados del Parlament de Catalunya expondrán cómo se puede hacer la consulta legalmente. El Gobierno español dice que lo tiene todo a punto para tumbarlo y contestar.

Tal como van las cosas, la tesis defendida en el artículo publicado en el 'Wall Street Journal' por el 'conseller' Mas-Colell se hará realidad. Este asunto dejará de ser estrictamente interno de Espanya para ser estrictamente interno de Europa.

Catalunya es la gente que sale a la calle a decir y a no gritar con ilusión y perseverancia. La voluntad de un pueblo no es cuestión de sangre.