¡Viva el optimismo!

¡Que sí, que sí, que funciona! Recuerda: «Lo peor de la crisis ha pasado», ha dicho Rajoy. El optimismo del presidente es contagioso. Lo noto. La gente está loca de contenta. Da igual que te bajen el sueldo, te lo congelen o que ni siquiera cobres, porque el personal confía plenamente en el Gobierno. Y si el Gobierno vende optimismo será por algo, ¿no? ¿O es que tú no te habías enterado de que aquí se vive mejor con menos dinero? Pesimista, que eres un pesimista. ¿Quién eres tú para tener un estado de ánimo en contra de lo que dice el Gobierno? El ministro Arias Cañete ya lo dejó claro: «Aquí se vive mejor con menos dinero. Vivimos con alegría. Sabemos disfrutar, comer y compartir experiencias». Me lo imagino vestido de mujer, y es Chus Lampreave en el espot de una marca de embutidos. Según su declaración de bienes presentada en 2011 ante el Congreso, Arias tiene cuatro viviendas, una oficina y siete vehículos (entre ellos, dos de coleccionista: un Morgan 4/4 descapotable y un Alfa Romeo). Pues a pesar de todo esto, come yogures caducados y se ducha con agua fría para ahorrar. Claro que sí. ¡Basta ya de pesimismo! Este hombre es realmente admirable. No para de dar ejemplo.

El pesimismo no se lleva. Palabras como estas son del pasado: «El presidente ha caído en un activismo propagandístico para ocultar la crisis y la falta de eficiencia de sus decisiones en materia económica. El Gobierno carece de norte para guiar a los españoles ante la crisis económica. La situación de la economía requiere un diagnóstico adecuado para tomar medidas que generen confianza, la principal preocupación de los ciudadanos». ¿Qué te parece? Desfasado,

¿verdad? Claro, lo dijo Rajoy hace cinco años, antes de ser presidente.

Mariano, el GPS

Ahora, ya no hay propaganda y tenemos guía, uno de verdad y moderno: Mariano, el GPS de los españoles. Y es obvio que, con las medidas que ha tomado, se haya ganado toda nuestra confianza. Porque yo no me trago los datos del último barómetro del CIS. Son inconcebibles. Los datos indican que, si ahora hubiera elecciones, el PP perdería votos a porrillo en comparación con las del 2011. ¿Quién se lo cree? No tiene sentido tanto pesimismo gratuito.

En el 2011, y antes de las elecciones, Rajoy hizo un llamamiento al optimismo con un argumento incontestable: «Porque España tiene españoles, y eso es una cosa muy seria». ¡Cómo no vamos a ser optimistas si España tiene españoles! Es más, en casi todo el mundo son cada vez más optimistas: cada vez hay más españoles fuera gracias a la movilidad laboral impulsada por el Gobierno. Un puntazo. Aunque a mí me gusta más Saramago: «Estamos todos hundidos en la mierda del mundo, y no se puede ser optimista. Solo son optimistas los seres insensibles, estúpidos o millonarios».