La rueda

Vienen cambios, pero no de fondo

CARLOS ELORDI

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Por primera vez en décadas hay incertidumbre total sobre el resultado de las elecciones generalesla sorprendente victoria de Zapatero se fraguó en las 48 horas que precedieron al voto y no hubo tiempo para que se creara una situación como la que se vive en estos días. Hoy los sondeos dicen que varios resultados de signo político muy opuesto pueden producirse. Y que en los dos meses siguientes se pueden producirse nuevos sesgos imprevisibles y decisivos.

El PP se puede hundir aún más y terminar segundo y hasta tercero en número de escaños. O atraer en última instancia el voto de los que no quieren cambios y que prefieren estar del lado de los que mandan. No parece tarea fácil. El PSOE puede seguir en donde está, en 110 escaños, lo cual no sería un fracaso, pues en 2012 se encontraba al borde del desastre. O dar un salto hacia delante, y ser el encargado de formar gobierno. El agujero que los socialistas tienen en Catalunya, el escaso punch de su campaña y, sobre todo, el empuje de Ciudadanos, hacen pensar que eso va a ser difícil.

El partido de Albert Rivera es la fuerza ascendente. Puede crecer aún más. O pararse y ser solo decisivo para la formación del nuevo Gabinete. Pero está claro que es a Ciudadanos, por vías distintas e incluso contradictorias, adonde está yendo el voto del cambio que demanda una parte de la sociedad. Podemos ha perdido ese carisma, ya parece muy complicado que pueda recuperarlo y el experimento puede terminar aún peor.

La incertidumbre apasiona a la gente. Por eso se prevé una participación muy alta. Pero, ¿qué cambios reales se vislumbran tras el mucho humo de la pelea electoral? La verdad es que no muchos. Todas las promesas son de corto alcance. La situación económica no permite alegrías. Y la única gran noticia que cabe esperar es que el PP se vaya del Gobierno.