Vic y el hombre de la prima de riesgo

Amadeu Altafaj.

Amadeu Altafaj. / periodico

XAVIER GINESTA

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En líneas generales fue una clase magistral de política económica. De discurso pausado, gráficos en la pizarra y apuntes básicos de manual. Pero, detrás del puesto distante, encorbatado y las gafas de montura redonda esconde un espadachín audaz que anda haciendo equilibrios felinos por encima de la cuerda floja que enlaza los centros de poder de la capital belga. Más ahora, que se acercan elecciones en la Eurocámara y cualquier salida de tono podría ser un cataclismo por alguno de los aspirantes a presidir la Comisión, también por su jefe, el vicepresidente económico Olli Rehn.

Al catalán Amadeu Altafaj, el jefe adjunto de su gabinete, seguramente se le puede considerar una de las personas más influyentes de Europa. De hecho, es el hombre de la prima de riesgo: el portavoz que pone los nervios a flor de piel en las cancillerías europeas o que más de un primer ministro querría tener como aliado para tejer un discurso que genere confianza en los futuros inversores. Una confianza en la economía europea que, en líneas generales, vuelve a repuntar. A Amadeu se le debe leer siempre entre líneas, superando la superficialidad del discurso oficial que debe dar cumpliendo a la perfección la tarea que Rehn le encomienda. Este lunes, su aura de gurú de la economía europea le ha llevado, por ejemplo, a romper las expectativas de la Cámara de Comercio en Osona y hacerle desplazar el Dia de la Cámara a un auditorio selecto: en la sala más noble de la Atlántida de Vic. La Cambra entregaba sus premios anuales (a Imèdic+, Font Vergés, Effitronix, Grup Bon Preu y al fundador de Frigorífics Ferrer, Félix Ferrer) y Altafaj ha hecho de padrino, con una conferencia titulada 'Vislumbrando la salida de la crisis. Una perspectiva europea para la economía catalana'.

La veteranía se nota, incluso en la forma en que Altafaj enfoca la conferencia. "'Albirar' (vislumbrar, en castellano) es un término marinero, que quiere decir ver en la lejanía. Sin embargo, esto no quiere decir que se llegue a puerto. Sobre todo, cuando el barco está tan castigado", espeta. Por lo tanto, su discurso no quiere "vender cuentos chinos, sino insuflar una dosis de optimismo de la voluntad". De hecho, es el mantra que usa en todo momento para diferenciarse siempre obligando al periodista a escrutar más allá de sus palabras --el estado de una economía catalana que, claramente, tiene más capacidad de recuperación que la de otras autonomías de España, un país que la Comisión Europea prevé que tendrá un crecimiento negativo del 1,3% del PIB a finales de año. Mientras el ministro Cristóbal Montoro pontifica 'urbi et orbi' que "España dirá definitivamente adiós a la crisis en el 2014" --la Comisión le augura un crecimiento del 0,5%-- , muchos presenciaron la estocada de Altafaj a sus previsiones: "Cara a los próximos años, el mercado laboral español se habrá estabilizado, pero con un paro a niveles inaceptables, siempre por encima del 25%, no se puede hablar de fin de la crisis. Es muy osado". 'Touché', porque nunca se puso en la boca ningún nombre ni ninguna sigla, pero puso en evidencia la dosis desmesurada de optimismo que quiere irradiar la Moncloa cada vez que se trata de este tema en los medios de comunicación.

En un contexto tensionado por el auge del independentismo, en Vic el auditorio no deja de ser especial. Y más, cuando se habla de empresarios: si bien siempre hay aquel más escéptico con la transición nacional que se ha puesto en marcha, muchos otros se han manifestado claramente a favor de un nuevo estado, de una economía catalana con voz propia en la geopolítica internacional. Seguidores de un alcalde de Vic, Josep Maria Vila d'Abadal, que cada vez que toma la palabra --también este lunes-- casi ya lo da por hecho. El éxito de la convocatoria es una muestra más de que el empresario catalán ve el futuro de Catalunya (también la independiente) dentro de Europa, y me atrevería a decir dentro del mismo entramado comunitario. Es en este contexto cuando aparece el Amadeu más cómplice: "Las empresas catalanas miran más que nunca Europa, con expectativas y exigencias, que son totalmente legítimas, el tejido apuesta por la internacionalización , sobre todo por necesidad, ya que la demanda interna está bajo mínimos". De hecho, es en referencia a Catalunya cuando la receta parece también sustentada en los tópicos. Pero hablar de crecimiento apoyándose en dos valores tan nuestros como "el 'seny' y el empuje" en un entorno donde se han premiado proyectos innovadores, altamente tecnologizados y socialmente responsables, es clave para tangibilizarlos y tener esperanza aunque sea echando mano del estereotipo. Tengamos fe.