La rueda

Verdad y razón en el auto del TSJC

JOAQUIM COLL

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EscribíaXavier Sardàen este diario, el pasado domingo, que el conflicto más difícil es aquel en el que todas las partes tienen sus razones, y que la colisión se produce porque cada parte confunde sus razones con la verdad. En la sentencia del TSJC sobre el castellano en la escuela me parece que hay mucho de esto. Para empezar, porque «el debate se estanca en una óptica muy ideológica y politizada», en palabras deAlbert Branchadell, reconocido experto en política lingüística. Que el modelo actual ha demostrado su validez en formar en catalán y en castellano lo avalan todas las pruebas realizadas a lo largo de los años. Ahora bien, también llevan algo de razón aquellos que dicen que no se puede excluir absolutamente el castellano como lengua vehicular. Y si hablamos de una tercera lengua, es evidente que nunca lograremos dominarla de verdad si, en algún momento, no la utilizamos para estudiar, por ejemplo, matemáticas o ciencias naturales.

El problema de esta confusa sentencia es que parece querer imponer una razón teórica por encima de la realidad social: el escasísimo número de familias que piden un trato educativo diferente. La defensa de las virtudes del bilingüismo pasa por reconocer que ambas lenguas no están en igualdad de condiciones y que el catalán necesita bastante plus de protección. Con todo, creo que a medio plazo sería razonable que el modelo actual evolucionase hacia un nuevo paradigma donde, garantizando la inmersión en las primeras etapas y que el centro de la enseñanza es el catalán, vayamos hacia una escuela pública trilingüe, donde el castellano y el inglés tengan también su espacio como lenguas de aprendizaje de algunas materias en los ciclos superiores. Pero no es la justicia quien debe decidirlo, sino nuestros representantes con el aval de la comunidad educativa. Y eso por no hablar ahora de la actitud hipócrita de una parte de nuestras élites, que llevan a sus hijos a escuelas privadas donde, lingüísticamente, hacen lo que les da la gana.