tú y yo somos tres

'Vente a Alemania', sin boina

FERRAN MONEGAL

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En vista del éxito que tuvo la película Perdiendo el norte, en Antena 3 TV decidieron encargar una adaptación televisiva sobre esta idea. Ahora acaban de estrenarla. Se titula Buscando el norte. Se trata de la peripecia de unos cuantos españoles que se marchan a Alemania, a Berlín concretamente, empujados por la crisis.

Por ejemplo, dos hermanos, que interpretan Belén Cuesta y Antonio Velázquez -él, enfermero; ella, diseñadora gráfica- que nada más llegar pierden la maleta y tienen que pasar la primera noche casi como homeless. También una esposa que decide visitar a su marido creyendo que en Alemania ha hecho fortuna, y resulta que se lo encuentra en el metro pidiendo limosna. Un español afincado en Berlín (Ferran Rañé), con bar propio, hace de nexo de estas criaturas que llegan desperdigadas en busca de un trabajo, de un futuro. Y nos presenta a su esposa diciendo: «Yo, la mujer y el coche, alemanes, que son para toda la vida». O sea, una expresa intersección de tópicos.

Distribuir 9 o 10 personajes en el primer capítulo, presentarlos de golpe, y perfilar su trayectoria, no es fácil desde un punto de vista de realización. Este conglomerado humano puede provocar aturdimiento en la audiencia. Despiste en el hilo argumental, cuando menos. Pero lo resuelven bien. Quedan perfilados inmediatamente, con fluidez. Eso es un acierto.

Podríamos enmarcar este ejercicio como una evolución de aquel famoso filme de principios de los años 70, titulado Vente a Alemania, Pepe. Pero ahora sin aquel Alfredo Landa que se presentaba en Múnich con boina. Aquí, en esta teleserie, emigran criaturas preparadas, con título en el bolsillo, aunque muchas veces les sirva de poco. Se pretende soslayar el dramatismo, la crudeza, que todo emigrante a la fuerza lleva tras de sí, como una sombra siniestra. Y lo consiguen a base de humor, de gags, de diálogos y situaciones entretenidas, divertidas o ingeniosas. Buscan el gancho de la comicidad, y diluyen el drama del emigrante que huye de una España sin trabajo y de miseria. Son emigrantes sumergidos en un baño de modernos. No se busca retratar la tragedia. Es una variante espumosa, con gancho indiscutible, que solo pretende entretener.

Visto con ojos deformados por la tele, como los míos, podríamos llegar a la conclusión de que es una desviación de Españoles por el mundo. Con guión, actrices, actores y comediógrafos tejiendo una sit-com. O sea, emigrar en clave de comedia.