El papel de los funcionarios

¡Vaya líder empresarial!

La descalificación de los empleados públicos por parte de Rosell dice muy poco a favor de la patronal

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JESÚS
López-Medel

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En este país de golfos y de escándalos, uno muy reciente y relevante fue el de las sinvergonzadas del anterior presidente de los empresarios,Gerardo Díaz Ferrán.Durante más de un año de tormenta, con sospechas e informaciones que revelaban grandes sombras sobre su gestión empresarial, continuó al frente de la CEOE. Recibió el apoyo de la cúpula. Entre otros, de quien ahora es su presidente, que siempre ha estado muy interesado en cargos representativos. El señorJuanRosell quería dar el salto, ganó las elecciones y ahí está. Antes sostuvo con firmeza a su antecesor, implicado en asuntos muy turbios. Muy recientemente se han revelado detalles que muestran un gran nivel de grosería y ausencia total de escrúpulos por quien le precedió. La sociedad española se escandalizó. El señorRosell,su apoyo antes y su sucesor después, parece que no.

Comportamientos como el del anterior presidente de los empresarios (como lo publicado ahora sobre su consuegro,Arturo Fernández) dañan gravemente la imagen del colectivo. Pero las recientes declaraciones de su sustituto no hacen ningún favor a los empresarios.Rosellha insultado a dos millones y medio de personas, los funcionarios. Número, por cierto, bastante inferior a la media europea. Utilizando una generalización y un estilo prepotente, ha despreciado a todos los servidores públicos.

Él no necesitará profesores ni médicos, pues para todo acudirá a lo privado. Pero en el sector público de estas profesiones y muchas otras (policías, trabajadores sociales, enfermeros, administrativos, letrados, ingenieros, guardas forestales) hay una enorme mayoría de personas responsables y profesionales.

Es cierto que, en principio, tenemos un empleo fijo. Pero no es tanto un privilegio sino una garantía de continuidad del Estado, más allá de quien gobierne. Los interinos son los políticos. Para acceder al empleo, prácticamente todos hemos pasado unas pruebas objetivas, públicas y donde se valora el mérito y la capacidad. A cambio de esa estabilidad, los empleados públicos percibimos menos retribución que en el ámbito privado. No solo los abogados del Estado. También los sanitarios, los auxiliares y demás.

Insultar a todos los funcionarios es algo no solo injusto por generalizar casos -que los hay- de personas poco responsables o absentistas. También es propio de un ignorante. Es desconocer lo que dice la Constitución sobre la Administración cuando habla de que representa con objetividad los «intereses generales».

Quizá el señorRosellcuando piensa en interés lo concibe solo desde un punto de vista económico y en su beneficio. Pero eso del «interés público» se le escapa y lo desprecia. Es obvio que el único interés de la CEOE para promover (junto al Gobierno) la fracasada reforma laboral ha sido pagar menos por despedir. Y punto.

Tras los desempleados, el grupo social chivo expiatorio de la crisis son los funcionarios. Un 25% de pérdida de poder adquisitivo en tres años es muchísimo. Nosotros tenemos hijos, hipotecas y pagamos hasta el último céntimo en impuestos (reconózcame que en el ámbito empresarial no todas las ventas, servicios o negocios se declaran a Hacienda).

Su mentalidad, expresada además de forma grosera, coincide con la que tenían algunos decadentes ultraliberales, que aplaudían, como usted, cualquier medida restrictiva al grito parlamentario del «que se jodan». Pero esta mentalidad ha cambiadograciasal Gobierno actual.

La supresión de la paga extra ha sido otro mazazo más. Pero ha hecho que muchísimos pequeños empresarios razonen que si una parte importante de potenciales consumidores cobran menos, no irán tanto a sus establecimientos y comprarán menos bienes y servicios. Este cambio de mentalidad en los empresarios, contraria al recorte, ha tenido reflejo en las encuestas. Usted no se ha enterado, señorRosell.

Para los funcionarios, son gran mayoría los empresarios honrados que se esfuerzan para sacar su negocio adelante. Merecen nuestro apoyo y reconocimiento. Y si hay algunos deshonestos, corruptos o defraudadores, a nadie se le ocurriría decir que hay que enviarles a todos a la cárcel.

Pues eso mismo aplíquelo a los empleados públicos. Si algunos no rinden, que se les haga trabajar, se les despida o sancione, pero no hace falta que diga que se nos «envíe a casa con un subsidio». Usted, señorRosell,me ha insultado a mí y a dos millones y medio de personas en nuestro honor y profesionalidad. Para ser funcionario hay que ganar unas oposiciones. Para ser empresario, no. Estaría bien que, al menos, para ser presidente de todos ellos se hicieran pruebas sobre honestidad, prudencia y respeto. El antecesor deRosell no hubiera superado las primeras y él mismo habría suspendido las segundas.