La variante catalana

A Santi Vila le gusta vivir en la heterodoxia. Posiblemente porque tiene vocación de intelectual metido en política y no de gestor lletraferit. Su último libro es una maniobra de alto riesgo. Lo titula Un moment fundacional aunque jura y perjura que su publicación no hay que ponerla en clave del congreso que celebra su partido, Convergència Democràtica de Catalunya. Pero lo cierto es que quienes quieran pintar alguna cosa en este cónclave deberían leerlo y hacerle algún -bastante- caso. Ilustrado con dibujos de Perico Pastor, estamos ante un triple ensayo con un núcleo duro dedicado a sustentar las razones para confiar en el futuro de Catalunya. Se trata de una narración memorialística de sus cuatro años como conseller de Politica Territorial, en los que ha podido conocer de primera mano el escenario y las bambalinas, tanto de las instituciones como de la sociedad civil. Se trata de una visión tan optimista como realista que invita a superar el nacionalismo para entrar en el patriotismo. Con todo, esta loa a los logros de una nación sin Estado propio hay que intrepretarla leyendo las premisas que introduce el mismo Vila: la crisis general de desconfianza en el sistema económico capitalista, agravada por la corrupción e intensificada por la quiebra de las instituciones y de los partidos. Una visión que conecta, por ejemplo, los diagnósticos económicos de Luis Garicano y Xavier Sala-Martín mientras no deja de encontrar paralelismos entre las rupturas del 15-M y del soberanismo. Es la variable catalana de un problema general. 

Catalunya, y España, necesitan de más heterodoxias como esta. Las ortodoxias llevan a menudo a callejones sin salida porque los problemas parecen tan únicos e irrepetibles que exigen soluciones categóricas. La realidad siempre es más compleja y reclama miradas matizadas para avanzar. Algunos le dirán que es muy fácil disentir desde la alfombra roja del poder. Otros pretenderán llevarle a sus trincheras. Vila no teme el fracaso... ni el éxito. De manera que publicado este libro podría volver a las aulas universitarias, dirigir el laboratorio de ideas de la nueva CDC u optar a la alcaldía de Barcelona. Heterodoxia pura.