El 'gran hermano' vigila nuestro voto

Una de las novedades más importantes que aporta la actual campaña electoral de EEUU es el recurso de los dos candidatos presidenciales al 'big data' 'big data', es decir, la recopilación y análisis de las gigantescas cantidades de datos que dejamos en internet. Los candidatos Hillary Clinton y Donald Trump ya no se rodean solo de brillantes escritores de discursos, estrategas de los debates cara a cara y fontaneros de partido capaces de encontrar el flanco débil del adversario en cualquier rincón.

Ahora hay matemáticos y analistas de las redes sociales que saben, no por intuiciones, sino por acumulación de huellas digitales, qué ven las audiencias en internet, a qué horas lo hacen, qué buscan y qué rechazan, qué compran y qué hábitos culturales tienen, por dónde se informan y, como decía la canción, a qué dedican el tiempo libre. Y tan importante como eso, qué diferencias de uso de la red hay entre, por ejemplo, los ciudadanos de Ohio y los de California, entre los blancos y los negros, entre hombres y mujeres.

Semejante caudal informativo en manos de los equipos electorales especializados en 'big data' sirve para orientar la campaña, es decir, para saber en qué estados hay que dejar según qué mensajes, a qué hora hay que enviar los tuits y en qué televisiones dejarse entrevistar. Dónde soltar la bomba electoral y dónde no malgastar energías y dinero.

Visto por ese 'gran hermano', el votante es un ser transparente, del que se sabe mucho más de  lo que él desearía cuando se mete en la cabina de su colegio electoral para elegir la papeleta. Sesudos especialistas trabajan con algoritmos muy complejos para desenmascarar el voto oculto, una trinchera a punto de desaparecer. Las encuestas pueden fallar, pero el rastro en internet, como el del algodón, no engaña. 

TODO VA MUY DEPRISA

EEUU es puntero en el recurso a las nuevas tecnologías de la comunicación. Pero todo va tan deprisa que muy pronto estaremos en esta orilla del Atlántico analizados por expertos en ganar elecciones a base de dirigir sus mensajes a sectores muy específicos con la precisión de un cirujano y las malas artes de quienes hurgan en nuestra basura.