El diseño arquitectónico de las grandes urbes

El urbanismo de las plazas

Son lugares de paseo y de estancia que se convierten en la gran sala de estar de las ciudades

Un tranvía circula por delante del DHub, en la plaza de las Glòries.

Un tranvía circula por delante del DHub, en la plaza de las Glòries.

JOSEP OLIVA CASAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La plaza es un elemento primordial si se considera desde la perspectiva de la ciudad mediterránea que es la que cultiva los valores urbanos y donde el espacio público no es únicamente lugar de paso sino también de paseo y estancia. Es la gran sala de estar de la ciudad. Juntamente con vías lineales como calle mayor o rambla, constituye el gran emblema urbanístico que define un excelente modelo urbano. Una pequeña variante es la plaza mayor (Madrid o Salamanca), de características parecidas.

Estoy hablando de la ciudad histórica pero, curiosamente, es la que mejor enfoca el futuro porque, ¡oh casualidad!, resulta ser la más preparada para hacer frente al reto de la sostenibilidad. Y es que algunas modernidades, a la larga, se demuestran que son banales. Ahora bien, bajo el nombre de plaza hay un tipo de espacio público que no tiene nada que ver con su genuino concepto. Es el caso de las simples intersecciones de avenidas tildadas erróneamente de plazas. Hay muchos ejemplos en diferentes ciudades.

DOS TIPOS DE PLAZAS

Observando diversos casos se pueden distinguir dos tipos apreciablemente diferentes. Una serÍa la plaza que llamo 'representativa' o 'institucional' básicamente destinada a alojar edificios públicos. En Barcelona tenemos el ejemplo de la plaza de Sant Jaume y es que, en ciudades por doquier, el edificio del ayuntamiento preside el espacio. En ella la vida urbana suele ser discreta y de un carácter intermitente porque solo se hace presente en actos institucionales o bien debido a manifestaciones de ciudadanos.

La típica plaza de alto nivel urbano es la que se puede calificar de 'sociológica' y representa el urbanismo de mayor calidad. En ella, la vida urbana se manifiesta de manera continua a lo largo de todo el día y de toda la semana. Ahora bien, el tema de la dimensión de las plazas introduce una subdivisión. Por una parte, están las que son relativamente pequeñas y de carácter unitario que son un foco de vida urbana y crean espíritu de barrio. A menudo, caracterizan un pueblo, una pequeña ciudad o un barrio de una gran ciudad.

En cambio, las plazas de grandes dimensiones ofrecen dos ambientes diferenciados que son el contorno y el centro con funciones dispares. Ahora es en el perímetro donde resalta su verdadera función de promover la vida urbana a todas horas y el centro juega a acoger actos no regulares en el tiempo, sean de tipo festivo, deportivo, cultural o de otra clase.

FUNCIÓN Y FORMA

En Barcelona, tenemos la plaza Catalunya en la cual los ciudadanos se concentran alrededor y normalmente el centro queda reservado a simple paso o destinado a algún acontecimiento muy concreto, lejos de la cotidianeidad que es inherente a este tipo de espacio. La plaza suele pertenecer al principal espacio de centralidad de una ciudad (función). Además, hay que darse cuenta de que es el lugar ideal para constituirse en un emblema tanto de las pequeñas como de las grandes ciudades (forma). La plaza 'sociológica' puede adquirir, pues, el máximo valor urbano.

Llegados a este punto, analicemos las condiciones que dan lugar a esta espléndida realidad urbana. Normalmente, confluyen unas características que contribuyen al éxito de este espacio. Para empezar, tiene que estar en situación estratégica y, a menudo, ya lo es de entrada. Después: 1) espacio formalizado que requiere una construcción compacta o calles continuas, 2) mezcla de usos diversos con predominio de las viviendas (la materia prima de la ciudad), 3) la espléndida colaboración de las tiendas en planta baja, 4) una dimensión generosa de la acera que propicia el paso de los ciudadanos.

Nada nuevo, pero asegura la creación de vida urbana. En nuestro caso no deja de ser un retorno a los orígenes, huyendo de espacios anodinos. Por cierto, en cuanto a la compacidad, vale la pena darse cuenta de que Manhattan ha formalizado el espacio haciendo que los rascacielos estén integrados en las calles sin crear edificios aislados. Lo que pasa es que estamos cayendo en excesivos exhibicionismos arquitectónicos que van en detrimento de la calidad urbana.

LAS GLÒRIES

En Barcelona, es increíble que el ayuntamiento no aproveche la oportunidad única de crear una plaza en un punto tan singular como las Glòries, intersección de les tres grandes avenidas del Eixample Cerdà. Aquí se añade el silencio de los restantes grupos municipales. Sería un espacio de éxito urbano asegurado y una imagen de repercusión internacional. Y se cae en la radicalidad ecológica porque se convertirá, a la vez, en un vacío urbano y frontera entre los barrios circundantes.

En resumen, pura miopía urbanística. Bien, defiendo una causa perdida porque se ha anunciado un concurso internacional de arquitectura que impedirá adoptar la 'solución plaza'.

Arquitecto y urbanista.