LAS TENDENCIAS EDUCATIVAS

Los mejores servicios públicos para la pequeña infancia

La sociedad tendría que exigir más y mejores escuelas públicas infantiles, y por lo tanto pedir a las administraciones mayor inversión en este ciclo educativo

SERVICIOS El patio de la guardería El Patufet, de L'Hospitalet de Llobregat.

SERVICIOS El patio de la guardería El Patufet, de L'Hospitalet de Llobregat.

MARÍA VINUESA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En lo referente a la educación en general y a la educación de la primera  infancia en particular, los posicionamientos radicales no son adecuados porque hay muchas variables, y casi siempre se está en función de las casuísticas particulares y de los contextos sociales. Ya desde el mismo momento del nacimiento los seres humanos necesitamos que haya alguien que nos cuide porque no nos valemos por nosotros mismos. Es una particularidad de nuestra especie. Cuando las familias eran extensas y los estilos de vida eran otros, este cuidado corría a cargo de la madre o de las abuelas. Eran otros tiempos, los estilos de vida han cambiado, pero los niños continúan siendo personas desvalidas que necesitan que alguien les cuide.

Teniendo en cuenta  la importancia que tienen los primeros años de vida en el desarrollo futuro de la persona, un aspecto que hoy ya casi nadie pone en cuestión, tenemos que hacernos una serie de preguntas: ¿cómo tienen que ser los servicios de atención a la primera infancia? ¿Tienen que ser autogestionados? ¿Tienen que estar regulados? ¿Qué papel tienen que tener las administraciones? ¿Se tiene que repensar el modelo público de escuela infantil? Todas estas preguntas obedecen tanto a una necesidad individual como social y familiar.

MODELOS EN CUESTIÓN

En los últimos años se ha producido un cambio radical en los conceptos de familia y de infancia, y estos cambios han hecho que se pongan en cuestión los modelos ya existentes, y se busquen alternativas más en la línea de las nuevas percepciones. Este hecho que, en principio es positivo porque pone sobre la mesa déficits y aspectos a mejorar, puede llegar a tener efectos no deseados. Las propuestas que se han dado a conocer hasta ahora son poco generalizables en cuanto a las condiciones económicas y a la implicación de las familias, y al ser una iniciativa no regulada puede abrir la puerta a proyectos poco fiables.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"En los \u00faltimos\u00a0","text":"a\u00f1os se ha producido un cambio radical en los conceptos de familia y de infancia"}}

Este cambio de mirada no es exclusivo de un reducido grupo de familias, ni lo tiene que ser en ningún caso. Y esto se percibe claramente en el periodo de puertas abiertas de las escuelas infantiles, en el cual las familias preguntan, se interesan, quieren saber las condiciones en las cuales estarán sus hijos, porque saben perfectamente que los tres primeros años de vida son básicos para su desarrollo neuronal, tal como afirma el científico David Bueno,  y quieren saber qué actividades se planificarán para favorecer estas conexiones.

LAS NECESIDADES DE LOS MENORES

Abrir las puertas a las familias, mostrar lo que hacen es una de las características de las escuelas infantiles y de los espacios familiares públicos. Es evidente que no son perfectos, seguro que hay cosas a mejorar, pero tienen muchas ventajas y es, además, una de las opciones más  recomendables, fundamentalmente porque sus equipos de educadoras son profesionales formadas especialmente para atender las necesidades de los menores y las familias, y para diseñar las condiciones que harán posible el desarrollo integral de los niños.

Es obvio que las familias tienen que ser las primeras interesadas en que los servicios públicos de atención a la pequeña infancia sean de la máxima calidad, pero también toda la sociedad tendría que exigir más y mejores escuelas públicas infantiles, y por lo tanto pedir a las administraciones mayor inversión en este ciclo educativo. Exigirlo es un deber de toda la ciudadanía, y hacerlo posible lo es de las administraciones competentes.