Unos Presupuestos con demasiados supuestos

El Banco de España y la Airef dejan en entredicho las cuentas del Gobierno

Montoro y Pastor, ayer, en el Congreso.

Montoro y Pastor, ayer, en el Congreso. / JUAN MANUEL PRATS

SALVADOR SABRIÀ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La definición del diccionario de presupuesto es "el cómputo de gastos e ingresos previstos para un determinado periodo de tiempo". En el caso de los Presupuestos del Estado para el 2017 cada día que pasa se va haciendo más evidente que el cómputo se ha hecho con premisas o excesivamente optimistas, o directamente dándole tantas vueltas a las cifras o obviando lo que está sucediendo en realidad para que al final las cuentas cuadren como sea sobre el papel.

El capítulo en el que se ha visto más la trampa de este tipo de contabilidad creativa es el de inversiones, que ha sido uno de los más castigados y recortados en el proyecto del Gobierno. Y ello a pesar del discurso oficial de que ya se ha salido de la crisis y que ha llegado el momento de aprovechar la recuperación y volver a planificar aquellas medidas que necesita el país para mejorar pero que se tuvieron que dejar de lado durante los últimos años por la escasez de recursos.

Los análisis del Banco de España sobre la supuesta evolución de la economía durante este año y los de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef, el organismo creado a instancias de las autoridades europeas para controlar las cuentas públicas) dan otras razones para poner en duda la bondad y adecuación a la realidad de los PresupuestosPresupuestos.

De entrada, el Banco de España considera que la inflación será siete décimas superior a la que prevé el Gobierno: 2,2% frente al 1,5%, respectivamente. Una diferencia que hace, en teoría, más aceptable que los salarios de la función pública previstos por el Gobierno aumenten solo el 1%, o las pensiones el 0,25%. En ambos casos pierden poder adquisitivo, pero si acierta el Banco de España, la pérdida para los trabajadores y los pensionistas será bastante mayor que la que dibuja el Gobierno y que difícilmente cuadra con un mensaje de crecimiento. No es la única diferencia entre las dos previsiones, pero sí una de las más destacadas y que tiene más efecto sobre la población.

Las discrepancias de la Airef con el Gobierno y su proyecto son de mayor calado. De hecho, según cómo se interpreten sus informes, la conclusión es que el Ejecutivo es muy consciente de que sus cuentas están desviadas  De no ser así, difícilmente se entiende que en el Presupuesto del 2016 el Gobierno hubiese inflado sus previsiones de ingresos en 28.000 millones, prácticamente el presupuesto anual de gastos de la Generalitat de Catalunya. Solo la desviación entre la previsible pérdida de ingresos por la rebaja del IRPF sumó ya más de 3.000 millones sobre los 9.000 presupuestados.

Teniendo en cuanta que el autor de aquellos Presupuestos es el mismo que el de los de este año, podemos temernos todo lo peor. Esperemos que Hacienda tampoco acierte en su previsión de crecimiento, muy a la baja, o en caso contrario nos espera otro ajuste de caballo.