Editorial

Unidad frente al desastre de Rodalies

Algunos de los problemas de hoy son consecuencia de la precipitación en el traspaso del servicio en el 2010. Ese error no hay que repetirlo.

ACTO RODALIES

ACTO RODALIES / periodico

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La mayoría de los usuarios habituales del servicio de Rodalies en Catalunya se sienten a diario abandonados de la mano de la clase política. No distinguen demasiado si los responsables de los retrasos, las vejaciones y los incumplimientos sistemáticos pertenecen a uno u otro nivel de la Administración o a una u otra empresa pública. Contemplar una foto como la de ayer con el Govern de la Generalitat, los principales ayuntamientos y una parte sustancial de la sociedad civil (sindicatos y patronal) exigiendo una solución a sus problemas cotidianos seguramente les reconfortó. Pero no basta. La solución propuesta es de sentido común pero no es mágica ni sencilla. Se pide el traspaso de la gestión integral del servicio, las inversiones y las infraestructuras. Puede tener sentido, pero se debe hacer con garantías. Algunos de los problemas de hoy son consecuencia precisamente de la precipitación en el traspaso del servicio en el 2010. Ese error no hay que repetirlo.

Mientras llega esta gestión integral de Rodalies, hay que mantener e incrementar la presión para que Renfe, como operadora del servicio; Adif, como responsable de las infraestructuras, y el Ministerio de Fomento, como garante de la inversión, cumplan con los compromisos adquiridos. Y esa misión le corresponde a la Generalitat. Una tarea que en los últimos años no ha logrado ejercer, sea por la infructuosa política de distensión del anterior 'conseller' o por las prioridades independentistas del actual Govern.