Análisis
Unas elecciones que abren una etapa de cambio
Los cuatro partidos tienen datos positivos pero ninguno de ellos puede estar satisfecho del todo
Joan Tapia
Presidente del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.
Joan Tapia
A la hora de escribir esta nota el PP ha ganado las elecciones por la mínima (solo le separan 400.000 votos del PSOE) pero ha tenido una gran bofetada. Tendrá unos 22.000 concejales frente a algo mas de 20.000 de los socialistas. Los dos grandes partidos han ganado pues las elecciones pero los dos ha bajado bastante respecto a las municipales del 2011. Y el PP ha perdido la mayoría absoluta (a la hora de escribir esta nota los resultados son muy fragmentarios) en las autonomías en las que la tenía.
Pero ayer España inicio un gran cambio político gradual porque de dos partidos dominantes se está pasado a un sistema de cuatro. Primero por el éxito de las candidaturas de protesta social que con Ada Colau ha ganado en Barcelona (con resultado ajustado y lejos de la mayoría), y quedó muy cerca de la victoria en Madrid con la jueza Manuela Carmena, en Zaragoza y en Valencia con el segundo puesto de Compromís.
Como consecuencia mucho de lo que pase ahora va depender de la capacidad de pacto del PP y del PSOE con las fuerzas emergentes (Podemos y Ciudadanos). El PP puede perder las emblemáticas alcaldías de Madrid, Zaragoza, Valencia y algunas capitales andaluzas (en especial Sevilla) así como las comunidades de Madrid, Valencia, Extremadura y Castilla- La Mancha. La factura será fuerte. Pero el PSOE tampoco puede estar satisfecho. Es cierto que ha mejorado en muchos municipios (en especial los andaluces) pero no es la segunda fuerza en las grandes capitales como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia y Bilbao.
El PSOE puede convertir un resultado mediocre en algo mejor si sabe pactar pero necesitará hacer un gran esfuerzo -y mantener una gran unidad en especial entre Pedro Sánchez y Susana Díaz- si en las legislativas quiere encabezar la voluntad de cambio.
Podemos (a veces con marcas que son una amalgama) ha conseguido una gran parte de voto urbano. Pero ahora debe demostrar si sabe implicarse en los pactos y la gobernación, como parece que quiere Iñigo Errejon… o cede ante la facilidad. Y van a tener problemas. Por ejemplo, a Ada Colau le va a costar lograr una mayoría de gobierno.
Y Ciudadanos que ha tenido un gran éxito (también en Catalunya) deberá optar por alianzas que tendrán consecuencias en las legislativas de fina de año.
Los cuatro partidos tienen datos positivos: el PP ha ganado, el PSOE ha recortado mucho la ventaja de los conservadores y Podemos y Ciudadanos han irrumpido con cierta fuerza y espectacularidad. Pero ninguno de ellos puede hoy estar muy satisfecho. Nadie ha ganado del todo. Unos han tenido alguna forma de sanción y a otros el futuro inmediato les obligará a decisiones complicadas.
En Catalunya el castigo a los partidos tradicionales -CiU, PSC y PP- ha sido fuerte pero continuarán teniendo la gran mayoría de alcaldías. Tendrán que adaptarse a los nuevos tiempos y el president Artur Mas ha quedado en una endemoniada posición al perder Barcelona y al quedar en posición marginal en el área metropolitana de Barcelona.
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