Una reforma sanitaria

Las medidas que hasta ahora ha tomado elconsellerBoi Ruiz en torno a la sanidad pública responden al objetivo de gastar menos dinero. La Generalitat ha reducido el presupuesto de Salut para el 2011 en 900 millones. Por eso se han cerrado ambulatorios -pese a las protestas, ayer Ruiz amplió la lista en su comparecencia ante el Parlament-,

a otros se les cambia el horario, además de que decenas de quirófanos dejarán de funcionar, como también se reducirá el número de ambulancias al mismo tiempo que se obligará a los enfermos a hacer desplazamientos más largos.

La presencia delconselleren el Parlament debería haber servido para dar una explicación cabal de sus planes en un servicio público tan importante. Como sí lo hizo con la modificación de los criterios para elaborar las listas de espera de las intervenciones quirúrgicas. CiU cambia las prioridades que hasta ahora habían funcionado, algo que puede ser discutible -en realidad parece razonable-, pero que todo el mundo entiende.

Lo incomprensible es que los recortes se expliquen con cuentagotas y sin un proyecto que los respalde más allá del ahorro, máxime cuando ya se ha dicho que una vez equilibrados los presupuestos se consolidarán. Es decir, que incluso mejorando la situación económica los cambios, las reducciones, se quedarán para siempre. La pregunta que todo el mundo se hace es, dado que esto no son solo recortes, sino una verdadera reforma, ¿cuál es el modelo?