PEQUEÑO OBSERVATORIO

Una caducidad con bastante paciencia

Los apellidos se llevan toda la vida, y nos son tan familiares que su significado se nos borra

Un hombre llenando el 'càntir de l'any' con agua de la fuente de Sant Domènech en Argentona.

Un hombre llenando el 'càntir de l'any' con agua de la fuente de Sant Domènech en Argentona. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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En un artículo de hace pocos días hablé de los árboles y de las fuentes. El punto de partida era el recuerdo de mi adolescencia en Argentona, donde había un camino de árboles que llevaba a una fuente. He estado pensando en estas dos palabras, en los dos significados que tienen.

¿Cuántas personas son conscientes, a lo largo de su vida, de que su identidad, la que figura en su carnet, corresponde a estas referencias, digamos líquidas, muy concretas? Font, Fontana, Rius, Llach, Basses, Riera, Pou, Canals... Si pasamos a repasar los apellidos vinculados a la tierra encontraremos Pagès, Llaurador, Planes, Pedrerol, Espinosa, Espinar, Pi, Vall, Pont, Puig, Pujol... 

Los apellidos se llevan a lo largo de toda la vida, y nos son tan familiares –nunca mejor dicho– que su significado se nos borra. Si yo me llamo Massip de segundo apellido nadie podrá identificarme si hace caso de lo que dice la Enciclopèdia de Coromines: un 'macip' es "un estibador que transporta cosas a peso". Me gusta más que también signifique "sirviente, aprendiz".

Aprender y servir

Pienso que sí, que a lo largo de la vida he procurado aprender y he procurado servir, acciones que no son, realmente, muy lucidas. Pero me he sentido cómodo, ya en la vejez, intentando hacer algunas cosas razonables y útiles.

He sabido, gracias al gran lingüista Coromines, que 'macip' viene del latín 'emmancipare', hacer que alguien quede en libertad. Pero hay un matiz en la definición que me inquieta. Dice que el emancipado queda libre de obligaciones. El problema, para mí, es este interrogante: ¿de qué obligaciones puedo emanciparme?

El tiempo, que tiene tanto poder, ya me ha ido emancipando de algunos deberes y compromisos. He tenido la suerte de que, hasta ahora, la emancipación de algunos hechos o de algunos sueños ha sido discretamente aceptable. La caducidad tiene paciencia.