Un 'president' que se salta las pantallas

SAÜL GORDILLO

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La transparencia es una de las exigencias de la sociedad actual. La ciudadanía reclama transparencia y los políticos prometen leyes y cambios profundos para acabar con la opacidad y reducir la corrupción. No obstante, una cierta política es claramente incompatible con la transparencia. ¿De qué hablaron Mariano Rajoy y Artur Mas en su encuentro secreto? Rajoy debía responder una carta que el president hizo pública con toda solemnidad institucional. Transparencia epistolar tumbada por el secretismo pactista de siempre, el del puente aéreo. Algunos ciudadanos querrán saber qué pactaron, y por qué el president echó el freno antes de la Diada. ¿Formaba parte del guión o improvisó?

En el salto del catalanismo al soberanismo, que sería como el paso de la adolescencia a la madurez, al president le ha entrado un ataque de precipitación. Veníamos de unas elecciones catalanas avanzadas que eran el plan B del pacto fiscal frustrado, que a su vez era el plan B del nuevo Estatut. Antes de agotar las vías de la consulta pactada con Madrid -80% del Parlament de Catalunya-, Mas remueve el calendario y dinamita la agenda soberanista anunciando que el plan B del referendo sería unas elecciones «plebiscitarias» al agotar la legislatura, es decir, justo cuando se celebrarían los comicios normales y corrientes. Cuesta imaginar, a día de hoy, el sentido «plebiscitario» en el 2016.

La propensión de Mas a saltarse pantallas -pactó de prisa y corriendo la rebaja estatutaria con Zapatero, y el pasado otoño avanzó las elecciones dos años- genera perplejidad. Básicamente porque el plan B de las elecciones «plebiscitarias» de Mas sería ya la declaración unilateral de independencia. Y cuesta digerir que un plan B sea de tal envergadura. ¿No?