La clave

Un mundo nuevo

Europa no puede renunciar al Estado del bienestar y EEUU debe abandonar proteccionismos que no toleran en otros lares

ALBERT SÁEZ

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Casi al mismo tiempo caen los últimos vestigios de la Guerra Fría y se hunden los principios del choque de civilizaciones. Estados Unidos reabre relaciones diplomáticas con Cuba y en ambos países hay quien ya sueña con el fin del embargo comercial y con una transición democrática. Estados Unidos ya no supedita toda su política en Oriente Próximo al petróleo, lo cual le aleja progresivamente de Israel y le aproxima a Irán. El Estado Islámico ha intercambiado los juegos de alianzas en Siria y en Irak. Rusia sucumbe a los delirios neoimperialistas de Putin. Venezuela se hunde en la miseria ante el silencio de quienes han reído las gracias a un régimen despótico. Casi todos estos factores tienen un común denominador: el petróleo, que vive mínimos históricos. Y una causa, el frackingque ha alterado la manera de ver el mundo desde los Estados Unidos: se alarga la duración de las reservas y se dispersan las zonas productoras. Conclusión: se pueden relajar alianzas que hasta ahora eran indiscutibles y abrir puertas que estaban cerradas desde hace décadas.

Europa-Estados Unidos

En este contexto se va a producir el último tramo de la negociación del nuevo tratado de libre comercio entre Europa y los Estados Unidos (TTIP). La opacidad habitual en las instituciones de Bruselas no nos debería distraer del fondo de la cuestión. Se trata de crear una zona de libre comercio cimentada sobre regímenes políticos democráticos y construida con la arquitectura del Estado de derecho. Eso implica acercar posturas entre las estructuras jurídicas de Europa y de Estados Unidos, romper algunas costuras para buscar los territorios comunes. Europa no puede renunciar al Estado del bienestar y Estados Unidos debe abandonar proteccionismos que no toleran en otros lares.

A pesar de las diferencias, la proximidad es mayor en protección social entre estos dos territorios que entre ellos y ChinaRusia Irak, IránIsrael, Brasil, Venezuela o Cuba. El tratado no ha de servir para americanizar Europa sino para crear un espacio donde las mercancías circulen respetando los derechos de las personas.