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Un destello y adiós

RAMÓN DE ESPAÑA

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La muerte de Black, a consecuencia de un anodino accidente automovilístico en Irlanda, me ha hecho pensar una vez más en todos esos músicos que solo alcanzan el éxito una vez en su vida y luego se retiran, se mueren o siguen grabando discos que nadie compra. 'One hit wonders', les llaman los anglosajones. Algunos, como el propio Black y su 'Wonderful life', son de manual: ¿alguien ha escuchado una canción de The Knack o de Katrina and the Waves que no sea, respectivamente, 'My Sharona' y 'Walking on sunshine'?

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Todos tenemos nuestros 'one hit wonders' favoritos. Yo adoro a Jona Lewie, que publicó en 1977 un elepé luminoso, 'On the other hand there is a fist' (En la otra mano hay un puño), luego un 'single' fantástico, 'You'll always find me in the kitchen at parties' (En las fiestas, siempre me encontraréis en la cocina) y después prácticamente nada. Sigo sin entender por qué no triunfó, pero a mí me alegró mucho la vida en su momento.

También me hizo compañía en 1982 mi 'one hit wonder' preferido de todos los tiempos, el irlandés Trevor Herion. La publicación de su primer 'single' me coincidió con un desengaño amoroso cuya banda sonora fue su canción 'Kiss of no return', un melodrama tremebundo, deudor del mejor Bryan Ferry, que no paré hasta rayar de tanto escucharlo. Lo cierto es que 'Kiss of no return' -no sé muy bien por qué, siempre me caía una lágrima cuando el hombre llegaba a lo de 'We'll meet in Paris in the spring'-, solo fue un éxito en mi domicilio, y que el elepé subsiguiente, 'Beauty life , no solo no lo compró nadie, sino que además no llegó a publicarse en España, jamás lo he escuchado y nunca se ha reeditado en el Reino Unido, por lo que mis posibilidades de hacerme con él son prácticamente nulas.

Trevor Herion encajó muy mal su fracaso comercial, que contribuyó poderosamente a incrementar unos problemas mentales que le hundían con frecuencia en la depresión. Me hubiese gustado decirle que su 'Kiss of no return' me había aportado consuelo en un momento de tristeza, pero nunca lo hice y ahora ya es tarde: el pobre Trevor, mi 'one hit wonder' favorito, se suicidó en 1988.

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