tú y yo somos tres

TVE y el bocata de calamares

FERRAN MONEGAL

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Qué triste lo de TVE-1. Han acabado el mes de junio con una media de audiencia por debajo del 10%. Y si miramos la trayectoria de sus informativos, más miseria todavía: también han caído a la tercera posición y si siguen así no tardarán en bajar al cuarto lugar, por detrás de los informativos de La Sexta, que solo les separan 500.000 espectadores. Es triste, pero es natural lo que les ocurre. Con tanta manipulación y adulteración de la información, se han ganado a pulso el lugar al que la audiencia les confina. Se ha transformado TVE-1 en una máquina de agitación y propaganda inútil. Con tan poca audiencia ni siquiera sirve para que sus trabajos de maquillaje sobre el Gobierno del PP lleguen a influir o intoxicar a la ciudadanía, que es lo que persiguen. Es curioso, Masterchef es uno de los pocos programas que funcionan en esta cadena pública. La final de este concurso tuvo una audiencia de 3,7 millones. O sea, que el genial bocata de calamares que preparó Carlos, el ganador, ha actuado como amortiguador o salvavidas de la gran cadena pública. Manda güevosTrillo dixit.

Esta final de Masterchefha sido muy trepidante. Muy emotiva. Carlos, un muchacho de 25 años que hasta ahora sobrevivía como vendedor ambulante de embutidos por Toledo y Talavera de la Reina, ha sido una sorpresa: ha demostrado que tiene el talento y el carácter de un gran chef. Samantha Vallejo-Nájera, miembro del jurado, llegó a decirle, maravillada: «Con lo poco fino que eres en tus formas y en tu hablar, ¿cómo has conseguido llegar a esta perfección y sutilidad?». Efectivamente, todo lo que Carlos tiene de rudo y explosivo, lo tiene también de genio de la gastronomía. Es un creador en estado puro. Ese plato que les preparó y que tituló, a la pata la llana, Bocata de calamares, resultó ser una orfebrería sublime. El pan de ese bocata no era pan, era una textura arborescente hecha con la tinta del calamar mismo. Y luego, la merluza que preparó de segundo, con sus propias huevas y una salsa de ajo negro, dejó flipando al gran Ferran Adrià. Le dijo: «Por este plato podrían darte sin ningún problema tres estrellas Michelin».

 

¡Ahh! Qué paradoja la de TVE-1. Cae en picado, pierde crédito, es deshonesta en sus informativos, su presidente va lanzando por ahí vivas al PP como un descosido..., y resulta que lo único auténtico, fiable, honesto, limpio, que les redime es el bocata de calamares de Carlitos.