DEBATE DE LOS ALOJAMIENTOS EN BARCELONA

Turismo: respeto y responsabilidad

JOAN MOLAS

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En cualquier debate, los argumentos o razonamientos que provienen de la cabeza han de ser admitidos y tenidos en consideración, ya que la inteligencia, el 'seny' y el sentido común probablemente habrán aplicado su factor corrector. Por el contrario, resulta más difícil admitir consideraciones que provienen de opiniones viscerales, que reducen la capacidad de análisis real de las situaciones y de las opiniones que se dan.

Hace pocos días, en este mismo diario, el señor Lluís Torrent, en su calidad de presidente de Federatur, Federació Catalana d’Apartaments Turístics, hizo un ejercicio visceral a la hora de referirse a la actuación del sector hotelero ante la alarmante preocupación de este por la proliferación de pisos turísticos ilegales en Catalunya en general y en Barcelona en concreto.

Por alusión a mi persona, pediré que me permitan algunas valoraciones de las conclusiones que se extraen del artículo del señor Torrent a medida que avanzo poco a poco en el tema que abordó.

En un momento de su exposición, se refiere a la Barceloneta como un movimiento manipulado. Bueno, quizás el señor Torrent debería hacer una cura de realidad y, tal como ha hecho el sector hotelero en los últimos años, conocer de primera mano (la de los vecinos de esa zona o la de otras de la ciudad de Barcelona) la afectación que les supone un piso turístico ilegal en su entorno. Les puedo avanzar de manera resumida qué le explicarían estas personas: le dirían que no tienen problemas con el turismo, que saben que es positivo para la ciudad, que genera riqueza y puestos de trabajao, que se ha de trabajar para mejorar la gestión del impacto del turismo en la ciudad, pero que es necesario y ha sido muy importante para superar momentos críticos de la economía. Ahora bien, también le explicarían que tienen un problema muy serio con una actividad ilegal descontrolada que afecta gravemente a su ritmo de vida y al desarrollo de su barrio: niños que se duermen en el colegio porque no han podido dormir por culpa de esta actividad ilegal, problemas de seguridad y convivencia continuos en las escaleras de los edificios, desperfectos en los inmuebles....

No, señor Torrent. Me sabe mal decirle que no hay margen para la manipulación. Olajá la realidad que generan estos pisos turísticos ilegales fuera producto de la manipulación. Ojalá la realidad de los pisos turísticos ilegales se pareciera a la realidad que propician los hoteles a su alrededor: comunicación con los vecinos, mejoras urbanísticas, generación de actividad económica y laboral estables, falta de conflictos e implicación social con las entidades vecinales, entre otros.

Se preocupa el señor Torrent, en otro momento de su artículo, por la competencia que estos pisos turísticos ilegales puden hacer al sector hotelero y por la preocupación que este tema genera entre los hoteleros. Lo explicaré lisa y llanamente para que quede muy claro cuáles son los intereses del sector turístico y hotelero catalán: la calidad prima por encima de la cantidad.

Es solo un ejercicio de responsabilidad de quien sabe que este es un sector clave para el país. Nunca nos ha importado la diversidad de modalidades de alojamiento turístico que pudiera haber, pues siempre hemos entendido que el sector ha de poder dar respuesta a toda la demanda existente. Sí que nos hemos preocupado sin embargo, Administración y representantes del sector, de que todas estas modalidades cumplieran con unos requisitos muy exigentes de calidad. ¿Por qué? Porque eso nos ha permitido garantizar, primero, la convivencia del turismo con el ciudadano y su entorno, minimizando el impacto que este pudiera generar. Segundo, porque nos ha permitido, por un lado, alcanzar unos niveles de valoración como destino turístico extraordinarios y, por otra parte, propiciar la llegada de un turismo de calidad a Catalunya.

Este ejercicio de responsabilidad (a quien el señor Torrent de forma temeraria y frívola llama la canción del miedo) ha permitido la conservación y crecimiento de puestos de trabajo de miles de personas que, directa o indirectamente, están vinculadas a este sector. Asimismo, este trabajo ha favorecido el contexto para la llegada constante de inversiones turísticas a nuestro país, que han creído en nuestro proyecto y en el atractivo de nuestro destino, propiciando toda una serie de recursos e infraestructuras indispensables para Catalunya.

En este sentido, todos aquellos que pretenden justificar y defender la práctica de una actividad ilegal utilizando frases lapidarias (y muy usadas últimamente) como la de que "no se pueden poner puertas al campo" y "falta de capacidad para adaptarse a las nuevas tecnologías" deberian explicar bien qué quieren decir con ellas: ¿Se refieren a admitir las conductas incívicas de las personas que se alojan sin control en un piso turístico ilegal, pasando por encima de la calidad de vida de los ciudadanos?, ¿se refieren a tolerar la economía sumergida en el sector?, ¿se refieren a rechazar cualquier tipo de responsabilidad en caso de algún incidente en un piso turístico ilegal?, ¿se refieren a desentenderse de cualquier responsabilidad en materia de seguridad o higiene?, ¿se refieren a no preocuparse por la percepción de calidad del destino o la captación de nuevas inversiones?...

Está claro que el sector turístico reglado de Catalunya no está en esta línea. Como he ido explicando a lo largo de este artículo, a nosotros nos impulsan otras motivaciones que nos han permitido crecer, aprender y alcanzar el éxito actual de nuestro destino.