Turba, lignito, hulla y antracita

RISTO MEJIDE

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Queridos Reyes Magos,

Esta noche no os voy a pedir juguetes. Los últimos que me trajisteis ahí siguen sin caberme, y os juro que no será porque no lo haya intentado. Seguiré probando, que sabéis que me gusta y si eso ya os cuento. Pero esta noche no, esta noche es diferente.

Como somos una gran nación de gente aún más grande, desprendida, honesta y generosa, este año me voy a tomar la libertad de pediros en nombre de mis paisanos que vengáis bien preparados, pues en unas horas España debería convertirse en el primer importador de carbón del planeta, si no de la Historia de la Humanidad.

Existe por eso el peligro de que con tanta tonelada, acabéis repartiendo el carbón así a bulto, al mogollón, y llamadme quisquilloso, pero me gustaría que fuerais algo más cuidadosos esta vez. Llevamos todo un año esperando, y hay sujetos que no merecen menos que un momento de reflexión antes de su justa dosis de restos orgánicos fosilizados. Además, aprender a separar por residuos es la base para la correcta sostenibilidad de nuestro entorno.

Por favor, a la hora de repartir carbón por nuestro panorama económico, político y social, tened en cuenta los matices y diferencias entre sus cuatro tipos básicos: turba, lignito, hulla y antracita.

La turba surge principalmente en entornos de putrefacción pantanosos, contiene muy poco carbono (impura ella) y se destina sobre todo a la fabricación de combustibles y a la producción de abono. Por eso, es ideal para todos aquellos que ya ni recuerdan cuándo perdieron su virtud, los que nos han ido pudriendo el sistema por dentro, poco a poco, a fuego lento, al chup-chup. Huelen a estiércol porque son estiércol. Y aún así, todos intuimos que al final se irán de rositas con el depósito cargado para seguir delinquiendo o disfrutando de él tanto en paraísos vacacionales como fiscales. Llevádsela a los Bárcenas, en un sobre, que les hará ilusión. Y a los Iñaki Urdangarín algún día a la cárcel, si no es mucho pedir.

Luego está el lignito, un carbón de mediana calidad, pues contiene más carbono que la turba y a menudo se llega a emplear para la joyería. Y si de joyas se trata, ahí tenéis cualquiera de las leyes que ha propuesto o aprobado durante este año nuestro querido PP, y no porque sea el PP, sino porque las va perpetrando como el orfebre, en solitario, en su taller, tacita a tacita y sin tener que consultar a nadie, con el único dictado del Dios que ellos se pintan. Por eso ya no son leyes, son encíclicas. No son decretos, son dogma de fe. No son propuestas de ley, son doctrina. No es gobierno, es proselitismo. Todas esas leyes son joyas sí, pero de las que algún día nos dará incluso vergüenza llevar a empeñar.

Y así llegamos a la hulla, algo más pura en carbono (no mucho más), bastante más dura y quizás el tipo de carbón más abundante que existe. Si queréis poner a prueba su dureza, no busquéis más, venid a nuestro país. Aquí tenéis la cara de todo un Rodrigo Rato, la de un Carlos Fabra, la de un José Ignacio Wert, la de un Félix Millet, la de un José Antonio Griñán, la de un Jaume Matas, la de un Oriol Pujol, la de un Rouco Varela. Difícil decisión, ¿verdad? Todas duras, casi indestructibles oigan, hagan la prueba, que igual hasta nos hacen un favor. Y sí, lamentablemente, este tipo es cada vez más abundante. Que no sólo SON caras. Que es que además nos SALEN muy caras.

Por último, la antracita, como es el que más carbono contiene, es el más brillante de todos. Y aquí, como todo el mundo sabe, somos potencia mundial en lo que a brillantez se refiere. No-entiendo-mi-letra, todo-es-falso-salvo-alguna-cosa, la-segunda-ya-tal, fin-de-la-cita. Der-is-nozin-laik-a-relaxin-cap-of-café-con-leche-in-plaza-mayor, en-la-catástrofe-del-Prestige-sólo-hay-un-culpable-el-barco, si-se-suma-una-manzana-y-una-pera-nunca-puede-dar-dos-manzanas, la-ideología-del-PP-es-la-que-ha-traído-mayor-progreso-a-la-Historia-de-la-Humanidad. Y así.

Si queréis, el carbón que os sobre, si es que os sobra y no os falta, me lo podéis ir trayendo a mí. No sólo por las cosas que habré hecho, pensado y dicho durante este año, sino por todas las que, a la vista de la impunidad con la que nos toman el pelo, ya os digo que pienso hacer.