Trayectos

La distancia a recorrer entre un punto y otro se llama trayecto. Quienes desde hace unos cuantos meses vaticinan un batacazo del Partido Popular  en las próximas elecciones desconocen aún su dominio del concepto de trayecto, la distancia entre dos puntos. Otra cosa es cómo hay que recorrerla. La única brújula que tienen quienes trazaron la trayectoria del gobierno que iban a tener de manera absoluta desde hace tres años justos (fue ayer, sin ninguna página de diario que lo analizara) era repetirla dentro de un año. El programa era tan simple como eficaz, inspirado en el sistema electoral de EEUU y similares:  la gente solo se mueve por los impuestos que paga o evita.

El ineficaz  modelo fiscal español, que recauda menos que Grecia, asomó ayer alguna de sus malas costuras por la vigencia de la recaudación compartida del Estado centralista y las autonomías. Si los del trayecto del 2011 repiten mandato a finales del 2015 eso desaparecerá de una vez: quedará irreversible la recaudación única central y el reparto discrecional. La crisis financiera global les ha ayudado como ni se esperaban: nadie compra deuda pública que no provenga de un país de la ONU. Con este aval, diseñar el próximo trayecto, con pequeñas lomas de fiscalidad autonómica, es de niños.