Me tragaré el miedo

Lali vendrá encantada al programa, pero ha pasado un año fatal, me comenta por teléfono. Su voz reposada contrasta con mi estado de alerta. Recuerdo perfectamente por donde andábamos cuando hace unos años me anunció que había superado un cáncer. Una fotografía grabada. Ahora tengo miedo de que haya recaído y yo no esté a su altura. Dirá linfedema y no sabré que es consecuencia de haberle extirpado los ganglios linfáticos por un cáncer de mama. Cuando me dé cuenta de que se trata de una complicación crónica pero no fatal, respiraré aliviada por su salud y volveré a preguntarme si he respondido bien. Sílvia, tienes que saber acompañar y comprender. Que la enfermedad no defina a la persona. Aunque el cáncer nos inunde, no hemos de identificarnos con él. O seguro que nos gana.

TERAPIA DE AMIGOS

Estoy contenta de participar en el libro<strong> 'Terapia de amigos'</strong>. Un total de 40 artículos solidarios de personas que han pasado por la enfermedad o la hemos vivido de cerca. Lo impulsa el Hospital Quironsalud, el Insituto Oncológico Baselga, la Fundación Quirónsalud y el Corte Inglés para financiar un proyecto de investigación. Encontraréis en sus páginas a Pau Donés, que solo quiere dedicar cinco minutos diarios a pensar en el cáncer. Le han extirpado un tumor de colon de siete centímetros de diámetro y 12 tumores del hígado. Más atractivo que nunca, cuando te abraza, tienes que aguantar la respiración. O la pura verdad de la presidenta Núria de Gispert, que, contrariada, dijo: «Doctor, no me puedo morir ahora, con los críos tan pequeños». Y la televisiva María Escario: cuando el médico, después de hacerle un TAC, le dijo que tenía un derrame cerebral, solo acertó a contestarle «qué gafas tan bonitas». Eran de carey y de forma redondeada.

Los afectos curan. Esperamos el apoyo de la familia, pero son los amigos los que tejen a nuestro alrededor un círculo afectivo y cálido. Es importante saber cuidarles y cuidarnos: terapia de amigos. Disculpad que termine el artículo abruptamente; hace demasiado tiempo que no les llamo y no les digo que les quiero.