Dos miradas

Tópicos

JOSEP MARIA FONALLERAS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Uno de los momentos más emocionantes de las noches electorales es cuando, en una situación de empate, sale el candidato -el derrotado o vencedor: siempre hay al menos uno de cada, aun empatando- que asume la responsabilidad de pronunciar uno de los tópicos más memorables de la política. Argumenta el candidato: «El pueblo ha decidido que nos teníamos que entender». Dice, en realidad, que no tiene suficientes votos para gobernar y que, desgraciadamente, tendrá que hacer pactos, pero de hecho apela a la personalización de este ente informe que es «el pueblo». El pueblo no ha decidido tal cosa. Uno a uno, los votantes han ejercido su derecho y optado por una opción. No se han puesto de acuerdo para el empate, con la intención de «decidir» conjuntamente nada. La igualada ha sido ocasional, producto de combinaciones y azares.

Es enternecedora, sin embargo, la individualización de esta cosa que llamamos pueblo. En el lado opuesto -y siempre con un deje de desprecio más o menos diluido- está el político que confunde la justicia (su concepción de la justicia) con la democracia. Dice: «Es una injusticia que X no haya sido alcalde». Porque se lo merece, porque es muy bueno, muy limpio, muy eficiente. Pero, ¿quién comete la injusticia? ¿Aquel pueblo soberano que antes tenía razón y que incluso decidía el empate y, por tanto, la negociación? ¿Antes era un dios omnipotente y ahora es un inculto que no sabe apreciar -ni recompensar- la bondad?