El Tomtom

Seguro que le ha pasado. El navegador del coche le sitúa en la nada. Resulta que usted se mueve, pero oficialmente no anda por ningún camino reconocible. Oficialmente usted está en una paradoja. Pues ahora resulta que nuestros políticos le han cogido gustillo al Tomtom y a falta de camino han decidido avanzar desde la irrealidad. Andar por un Guadiana inexistente a la espera de que en un tiempo aparezcamos oficialmente en otro punto del recorrido. Y la verdad es que a veces en el navegador pasa.

En España la situación económica es casi imposible, pero en Catalunya lo es del todo al tener los mercados exteriores cerrados y un déficit y una deuda descomunales, fruto de varios motivos. Donde quizá los más llamativos sean una cierta mala gestión catalana y un cierto abuso del modelo central. Ciertos los dos. Bien. Pues así hemos llegado al anuncio de una consulta con esas dos preguntas que lo que esconden es un cierto sí pero no.

Sí, CiU cumple anunciando la consulta, pero al no decirnos cómo la hará, y remarcando que debe ser legal, lo que la mayoría entendemos es que entonces no, que la consulta no se hará ya que el Gobierno así lo ha dejado claro. Y mientras en el no a la consulta la unidad parece total, el sí está lleno de fisuras. CiU la quiere legal, mientras que para ERC o la CUP eso no es condición. El PSC, que se mostraba a favor de una consulta legal, se desmarcó del acuerdo y ahora lo maldice por no incorporar una opción federalista en la pregunta, lo que ya es de frenopático. E Iniciativa no sabemos hasta dónde está dispuesta a mantener la apuesta.

Gobernar

Pero volvamos al problema principal. ¿Qué habría pasado si no se hubiera anunciado ahora una consulta para el año que viene? Igual ERC, con su afán por desvincularse de lo desagradable de la gestión económica, encontraba una oportunidad para dejar caer al Govern y no apoyaba los Presupuestos del 2014, sabiéndose ganadora de las próximas elecciones. Y CiU, descompuesta y sin novio. Pero ahora ya existe una masa de gente ilusionada y Rajoy tampoco puede amparase en una táctica tapón que no le funcionó ni con el Prestige, porque la ciudadanía aguarda una respuesta a sus esperanzas. Todo va tarde y mal. Y todo pasa en un no-camino. En esa irrealidad donde incluso la doble pregunta del no-referendo no se entiende. ¿Por qué, digo yo, si alguien quiere que Catalunya sea un Estado es posible que no sea independiente? Francamente, si lo que se quiere es un pacto fiscal, que pregunten si se quiere ser como el País Vasco, que no es un Estado pero se financia como si lo fuera, y si lo que se quiere es ser independientes, no hay camino legal en España. Aunque oficialmente se circule por un no-camino en el Tomtom, existe el riesgo de quedarse en la cuneta.