La clave

Tomarse la consulta con humor

JUANCHO DUMALL

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Produce sana envidia ver cómo los británicos son capaces de hacer humor con un asunto tan delicado, que polariza tanto a la opinión pública, como el referendo de independencia de Escocia. Los diarios londinenses del martes (1 de abril, el Fool's Day, día de los inocentes en las islas) publicaban noticias falsas destinadas a gastar bromas a los flemáticos lectores de cabeceras como The IndependentDaily TelegraphDaily MailThe Guardian o el mismísimo The Times. La deliciosa crónica que ayer firmaba nuestra corresponsal en Londres, Begoña Arce, recogía algunas de esas inocentadas, que este año han tenido a Escocia como epicentro: si gana el  en  el referendo de septiembre , los escoceses pasarían a conducir por la derecha, la bandera británica perdería las franjas de color azul, un duque de Sajonia reclamaría el trono de Edimburgo y la ONU desplegaría soldados en la frontera entre Escocia e Inglaterra para evitar una confrontación.

En el caso de Catalunya y España se han hecho algunos chistes, pero no de la forma desenfadada de los medios británicos. Aquí tenemos un sentimiento trágico de la historia («me duele España», decía Unamuno), una mirada sobre nuestro pasado marcada por Los desastres de Goya y una larga tradición de exilios, revanchas, vencedores y vencidos que no deja espacio para la distancia de la que brota el humor. Con la unidad de España, bromas, las justas. Que se lo pregunten, si no, a Rouco Varela.

Esa diferente forma de vivir el patriotismo (tremendista en España y Catalunya, pragmática en el Reino Unido) incide decisivamente en la política. Por eso, entre otras variadas razones, es posible pactar allí una consulta y aquí no. Por eso en Escocia no se habla de choque de trenes y aquí sí.

Diferentes talantes

Y puestos a hacer comparaciones entre los talantes de unas naciones y otras, quedémonos con la formación, ayer, del nuevo Gobierno francés, del que forma parte, al mando de la cartera de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, Ségolène Royal, expareja del presidente de la República y madre de sus cuatro hijos. ¿Se imaginan una situación semejante en España?