Todo lo malo que sabe Cristina Kirchner

Ahora entiendo y me duele el alma, pero entiendo por qué mi amigo del corazón Jorge López, al que todos llamamos aún 'el Topo', joven periodista argentino asesinado en Sao Paulo durante la celebración de la Copa del Mundo como consecuencia de un accidente, fruto de una persecución ilegal, irracional, sin sentido de la policía brasileña contra unos delincuentes, nunca encontrará la paz ni nosotros, su familia, tendremos justicia.

No la tendrá porque en este mundo de mierda, nadie quiere justicia. Nadie. Resulta que su presidenta, si lo fuera o fuese, que no creo, Cristina Kirchner, aún no ha pestañeado al conocer que suicidaron al fiscal, ¡al fiscal!, que el día antes le acusó de conspiración con Iran para tapar el asesinato de decenas de argentinos.

Se trata de la misma mandataria que debería haber acudido a Brasil a pedirle a Dilma Rousseff, otra que tal, que investigase la muerte de López. Esa, ahora, se dirige a la nación, a su nación, a la Argentina de Leo Messi y el papa Francisco, por Facebook, ni siquiera tiene valor ¿valor? de convocar una conferencia de prensa y contarle al pueblo la verdad.

Porque la verdad igual la conduciría a prisión. Mejor tardar casi 24 horas en pronunciarse sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman. Mejor escribir una carta en su facebook diciendo que parece, no, no, directamente que se suicidó y, un día después, rectifica y escribe otra misiva (¡una presidenta que se comunica con su pueblo vía epistolar! ¡tremendo!) en la que ya no duda de que lo suicidaron.

Cierto, me voy muy lejos para asquearme de cómo se comportan los políticos y los aparatos represores y espías del mundo entero. Podría mirar más cerca. Cierto. Aquí al lado. En la misma Barcelona modernita y cool. Pero, perdónenme, hace pocos días que el Barça y el Atlético y hasta nosotros, con una misa de no creyentes pero sí de fieles, de fieles al 'Topo', pedimos justicia para un argentino-catalán. Y su familia. Por eso me saca de quicio que esta tal Kirchner haga ver que no sabe nada. Cuando sabe. Todo lo malo. Eso es lo que sabe.